Una ciudad viva

EL COMERCIO es uno de los elementos clave en la vida de una ciudad. Puertas de locales que abren y cierran pasan en muchas ocasiones desapercibidas hasta que los carteles de ‘Se vende’ o ‘Se alquila’, o directamente los espacios abandonados, saltan a la vista más que los escaparates cuidados para llamar la atención de los viandantes. Por ello, hay que detenerse a analizar qué sucede y cómo se puede preparar la ciudad y su comercio ante cambios sociales, porque la irrupción del comercio electrónico y su consolidación están afectando a los pequeños establecimientos. Este es uno de los factores que quiere poner sobre la mesa la Asociación de Comerciantes de Huesca a la hora de trabajar con el Ayuntamiento en la actualización del Plan Local de Equipamiento Comercial, pero no es el único. Analizar las nuevas dinámicas de compra y cómo se puede atraer al cliente desde un comercio local es uno de los puntos que el sector considera clave.

Otro de los aspectos a tratar será facilitar el estacionamiento en el centro a los visitantes, por lo que la presidenta de la Asociación habla de una “buena” señalización de los aparcamientos existentes.

Huesca tiene que convertirse en un punto de referencia para los habitantes de los pueblos del Alto Aragón, para que la elijan a la hora de realizar sus compras.

Una ciudad viva no se entiende sin un comercio competitivo capaz de atraer clientes y, como consecuencia, de generar ambiente en las calles. Comerciantes y ayuntamiento colaborarán para desarrollar un plan de trabajo, ya que ni todo es ofrecer un buen producto ni facilitar el aparcamiento. Además, el ciudadano también tiene que analizar qué ciudad quiere.