Más de un siglo

DESDE 1887, el manantial de San Julián de Banzo es una de las fuentes que abastece Huesca. Pero en los últimos ocho años ha sido imposible debido a varias roturas de la tubería que conducían el agua desde esta zona, en las inmediaciones de Barluenga, hasta el depósito de Loporzano. El Ayuntamiento de Huesca, consciente del bien preciado en el que se ha convertido el agua, ha decidido arreglarla. Invertirá 1,3 millones de euros para construir una nueva canalización y así aprovechar estos caudales subterráneos de la sierra.

Buena calidad, aseguran desde el consistorio, que aporta este manantial, agua que vendrá bien en días en los que las lluvias enturbian el Guatizalema que llena Vadiello, el principal abastecimiento de la capital. El caudal, según explicaron, oscila entre los 100 y 200 litros por segundo dependiendo de la época del año.

La maquinaria ya se ha puesto en marcha. Se realizará por un nuevo recorrido de 5,3 kilómetros. La Diputación llevará a cabo las expropiaciones de los terrenos necesarios y en 2025 será una realidad. Una buena noticia para la ciudad de Huesca que en los dos últimos veranos ha visto como el agua no abundaba. Y es que el escaso almacenamiento de Vadiello ha obligado a utilizar la traída de emergencias que se realizó en 2005 desde el canal del Cinca, desde Valdabra. Ahora, con esta renovación, refuerza el tradicional abastecimiento. Pronto parece que llegará Montearagón. El Ministerio para la Transición Ecológica ha dado, 15 años después de acabar el embalse, el visto bueno ambiental al proyecto de la conducción. Este pantano garantizará además del abastecimiento actual las posibilidades de futuro. El agua es fundamental para crecer económicamente. Confiamos que siga avanzando.