Opinión
Por
  • Carlos García Martínez

Las vacaciones escolares

La Cofradía del Cristo Atado a la Columna ha tocado este domingo la parroquia de Santiago
La Cofradía del Cristo Atado a la Columna en la parroquia de Santiago
Laura Ayerbe

EL CALENDARIO educativo español sigue dependiendo de la luna y el calendario judío que fijan cada año las fechas de la Semana Santa. Las comunidades, según cuando caiga cada año, tienen un pequeño margen de maniobra para elegir si empiezan las vacaciones escolares el Domingo de Ramos o el Jueves Santo. Cantabria, hace unos años, abandonó el tradicional calendario de vacaciones escolares por el de una semana de vacaciones cada dos meses lectivos, sin atender al calendario religioso, considerándose festivos solo Jueves y Viernes Santo. 

Lo que revolucionó entonces el calendario escolar y abrió el debate, con muchas opiniones favorables al cambio.

Este año la luna y el calendario judío han sido benévolos. La Semana Santa ha caído pronto y eso facilita las cosas. El año que se celebra a finales de marzo, las consejerías de Educación de las comunidades autónomas pueden hacer coincidir el parón entre el segundo y el tercer trimestre escolar con la Semana Santa, y todos contentos.

Poco se habla en nuestro país de cambiar el sistema, que sigue dependiendo de las fiestas religiosas para decretar los periodos vacacionales. 

Algún avance supuso, sin embargo el acuerdo del Gobierno de Felipe González con la Conferencia Episcopal, que cambió la celebración del Corpus y la Ascensión al domingo siguiente. Se mantuvieron las demás celebraciones religiosas y se añadió el Día de la Constitución, entre otros. “Tres jueves hay en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión”, decía el conocido dicho popular.

En Europa, las vacaciones durante el curso escolar varían entre países, con la excepción del periodo de Navidades, que es común a todos los sistemas educativos. Además de las vacaciones de verano, hay en Europa otros cuatro periodos principales de descanso: vacaciones de otoño, Navidades y Año Nuevo, invierno o carnaval y primavera o Semana Santa. En algunos países, como España, Italia o Suecia entre otros, se dan variaciones internas entre regiones. En el Japón, las vacaciones de primavera son a finales de marzo y las de invierno del 25 de diciembre al 7 de enero, este año.

Si aquí el cambio, aunque paulatino, se ve algo lejos ¿Qué plazos necesitan el Islam, el Judaísmo, que todavía anda por Jehová, y los miles de brotes sectarios religiosos, sociales o políticos o nacionalismos étnicos que brotan sin cesar? ¿Para qué hablar, además, de lo que les embuten a niños y jóvenes en sus fundamentalistas centros religiosos, las “madrasas” y la educación de las mujeres?