Multitudinaria Semana Santa

LA SEMANA SANTA es tiempo de pasión y de vacaciones, de disfrute en ambos casos, con espacio y público para todo. En el Pirineo se ha empezado a notar este fin de semana, con una gran afluencia de gente en las calles de muchas localidades como Jaca, Biescas o Aínsa, por ejemplo. Aunque el grueso de visitantes se espera a partir del miércoles, el turismo ya se ha dejado notar en los alojamientos turísticos, pero también en los restaurantes con las escapadas del día. Las torrijas -e incluso los crespillos- ya se han incorporado a las cartas de algunos establecimientos, porque la gastronomía es una parte fundamental de la experiencia en el territorio. La nieve, la naturaleza y el paisaje en general sirven de polo de atracción, pero sin la oferta de ocio y la calidad de los establecimientos, de poco serviría para un turista que busca la vivencia completa.

Pero la Semana Santa también se vive desde el sentimiento y el recogimiento en torno a los actos que recuerdan la pasión de Cristo. Son miles los altoaragoneses que sienten esta celebración, que forman parte de las cofradías, para llevar los pasos, desfilar o formar parte de la banda. Muchos más son espectadores, que desde la acera o el balcón no renuncian a perderse las procesiones que, con sus pasos, relatan pasajes de la vida de Jesús de Nazaret. Una multitudinaria procesión de Domingo de Ramos en la capital oscense revivió la entrada de Jesús en Jerusalén con las palmas y los ramos de olivo, que augura una gran afluencia a los actos de la Semana Santa, que no solo se viven con intensidad en la capital oscense, sino en localidades como Barbastro o Jaca, entre otras. Solo queda esperar que la lluvia respete la salida de los pasos y que permita disfrutar en la naturaleza.