Opinión
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  • Diario del AltoAragón

Osos en el Pirineo

Imagen del oso Goiat, cuya retirada del valle del Chistau pidieron los ayuntamientos.
Imagen del oso Goiat, cuya retirada del valle del Chistau pidieron los ayuntamientos.
GENERALITAT DE CATALUÑA

LA POBLACIÓN de oso pardo en el Pirineo alcanza ya los 83 ejemplares. El pasado año se detectaron en el macizo un total de 16 crías recién nacidas, según los datos que ayer se hicieron públicos desde el valle de Arán, pero que son los que se recogen en el balance anual de la población de esta especie que realiza el Grupo de Seguimiento Transfronterizo, que lo integran la Generalitat y otros técnicos catalanes, además de los gobierno de Andorra y Francia, y los regionales de Aragón y Navarra.

Con una tasa de crecimiento anual de 10,9 % en los últimos cuatro años, las cifras son las más altas registradas desde el año 1996. Y destacan, además, que más de la mitad son adultos potencialmente reproductores.

Con la primavera ya encima a pesar de las últimas nieves recién caídas cubriendo todavía las montañas de nuestros Pirineos, los osos pronto, si no lo han hecho ya, despertarán de su hibernación. Tal vez el número haya aumentado. Tardaremos todavía en saberlo. Y eso a pesar de la extensa red de seguimiento que se realiza en las regiones que conforman el macizo y que a pie, con técnicos especializados que recogen muestras y con cámaras de fototrampeo, siguen el día a día de una especie que estuvo a punto de desaparecer en estas montañas y que, a tenor de los datos presentados, va tomando fuerza en los últimos años. Pero lo que para algunos hace más bucólicas estas montañas, para otros es una amenaza a su forma de vida y a su trabajo. Existen programas de prevención de daños para intentar dar una respuesta a los ganaderos y sus rebaños, que sufren los ataques de los osos, pero siguen sin convencerles. Hay que buscar medidas más efectivas para que el territorio pueda tener una mayor complicidad.