Opinión
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  • Diario del Altoaragón

El valor del comercio

Exterior del edificio.
Exterior del edificio.
Ángel Huguet

BARBASTRO pierde su comercio más antiguo y uno de los más emblemáticos. Situado en el corazón de la ciudad, Albert Artero echará el cierre el 21 de junio después de 181 años de servicio. Cinco generaciones de trabajo, desde 1843, para traer novedades y prestar el mejor servicio. Albert Artero es ese establecimiento donde se puede encontrar de todo. Y así será, en la medida de lo posible hasta finales de junio, cuando cierre por la falta de una sucesión viable.

Los actuales propietarios agradecen a los vecinos de Barbastro y del resto de comarcas que siempre han acudido a esta ciudad como centro comercial la confianza depositada durante décadas y décadas. La ciudadanía también echará en falta estos almacenes en los que la atención al cliente ha sido su marca diferencial, al igual que la de muchos otros comercios de Barbastro que luchan cada día por mantener su puerta abierta.

No es fácil en estos momentos, con las amenazas y también con las oportunidades que ofrece la tecnología, seguir prestando servicio. Y a veces la ciudadanía no es consciente del valor que tiene el contar con un comercio vivo, como el de Barbastro, con unos escaparates adornados e iluminados que hablan de una localidad dinámica que es capaz de abastecer de infinidad de productos a sus vecinos. Entre ellos, hay muchos mayores para los que tener una puerta abierta junto a su casa tiene una importancia social muy por encima del hecho de poder adquirir un producto con facilidad. Albert Artero cierra sus puertas y solo se le puede dar las gracias por los años de servicio sin dejar de reflexionar sobre la importancia de mantener un tejido comercial fuerte.