Opinión
Por
  • Julia Navarro

Cuestión de confianza

Pedro Sánchez en una imagen reciente en el Congreso
Pedro Sánchez
EFE

HAY algo que no encaja. No me digan qué pero ¿qué hay detrás de la carta lacrimógena de Pedro Sánchez? Una carta en la que anuncia que se va a tomar hasta el lunes para decidir sobre su futuro.Lo primero que cabe pensar es que está afectado por todo lo que se viene publicando sobre su mujer, Begoña Gómez. No sería extraño. Y es que no le puede resultar fácil aguantar día sí y día también que se ponga en cuestión las actuaciones de su esposa. A todo lo que se viene publicando, se une la denuncia presentada contra ella por Manos Limpias, ese sindicato ultraderechista que su sola existencia pone los pelos de punta. La denuncia la basan en recortes de prensa. Pero ¿de verdad Manos Limpias puede tambalear sicológicamente a Pedro Sánchez?

No digo que no sea posible, yo entiendo que hay situaciones insoportables en las que uno se puede preguntar si merece la pena aguantar ciertas cosas por ostentar el poder. Por tanto, si uno se pone en la piel de Sánchez puede comprender que lo que le pide el cuerpo es marcharse. Pero... aunque esa sea la posibilidad más lógica no encaja con el personaje Pedro Sánchez. A esto se une su falta de credibilidad que da lugar a que buena parte de la opinión pública y publicada sospeche que, detrás de la carta hay una jugada política. De ahí que quepa preguntarse si no será una estrategia política el presentarse como víctima para conmover al personal amén de provocar el cierre de filas de los suyos.

El lunes tendremos la respuesta y no hay muchas alternativas posibles. La primera es que decida dar un portazo y retirarse de la primera línea de la política. La segunda que anuncie que va a presentar al Parlamento una cuestión de confianza. Eso supondría volver a obtener los votos de sus socios para seguir gobernando con un nuevo plus de legitimidad, pero claro estamos en vísperas de las elecciones catalanas. No hay dudas de que sus actuales socios, los partidos independentistas respaldarían con entusiasmo la moción de confianza. Si Sánchez se va la amnistía puede quedar en el aire así como todas las cesiones que viene haciéndoles como pago por ser Presidente. 

Hasta Carles Puigdemont le ha aconsejado que presente la cuestión de confianza. Sin duda, presentarla le ayudaría a tomar impulso aunque es pan para hoy y quien sabe si hambruna para mañana. Otra posibilidad sería convocar elecciones pero no puede porque aún no ha pasado un año desde aquel 29 de mayo del 2023 en que anunció la convocatoria de elecciones generales. Bueno, podría anunciar que las convocará en cuanto pueda, pero eso quedaría raro.

La verdad es que el paso que ha dado, si es que termina en retirada, le humaniza. Y eso que es un fajador nato que se ha venido plantando y descalificando de paso a todos aquellos que no han querido comulgar con sus políticas. La fachosfera es un término que han acuñado los del marketing del PSOE y de la que Sánchez da buena cuenta.

No es fácil concluir que hay detrás de su anuncio. Puede que solo sea parte de la estrategia para seguir adelante, claro que si fuera así perdería para siempre la poca credibilidad que le queda o acaso no haya que buscarle tres pies al gato y solo sea la reacción de un hombre herido. Pero... uff... con Sánchez nunca se sabe de manera que habrá que esperar al lunes.