Opinión
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  • Diario del Altoaragón

Reconocimiento a la jota

Los Académicos de Honor altoaragoneses, con las autoridades que les acompañaron.
Los Académicos de Honor altoaragoneses, con las autoridades que les acompañaron.
S. E.

LA JOTA debe tener presencia en la educación con el canto y el baile primigenios y los instrumentos musicales que los acompañan. Esta fue una de las reivindicaciones del presidente de la Academia de las Artes del Folclore y la Jota de Aragón, Carmelo Artiaga, en el acto de nombramiento de los Académicos de Honor, que se celebró ayer en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli, sede del Gobierno autonómico. Aragón tiene que seguir trabajando para que la jota tenga el reconocimiento y la imbricación social que merece. El reconocimiento solicitado a la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial será, sin duda, un gran espaldarazo, pero lo sustantivo es que existan los medios para su aprendizaje y difusión. Que cada aragonés sienta la jota como un signo de identidad, aunque no la cante o no la baile, pero que le estremezca y reconozca el valor de esta cultura propia, con rasgos distintivos a los de otras jotas. Esa pasión por la jota se tiene que sentir en la calle.

En el acto, se reconoció la labor de más de una treintena de figuras del folclore y la jota, entre los que se encuentran ocho altoaragoneses, como la jefa de sección de DIARIO DEL ALTOARAGÓN, Susana Deito. Esta periodista jacetana lleva más de 30 años visibilizando la jota a través de sus protagonistas en las páginas de este medio, que desde su creación en 1985, inicialmente con Rafael Ayerbe, ha prestado especial atención a una de las esencias del Alto Aragón, una tierra que no se entiende sin la jota. Por ella, también han trabajado el resto de los Académicos nombrados: César Conte, Laura Gella, Visitación Sánchez, José Antonio Lacoma, Andrés Sobreviela, Rafael Salas y José Luis Barrao. Enhorabuena y ¡viva la jota!