Aragón, con los objetivos de desarrollo sostenible
El pasado 16 de abril de 2024 se aprobó, en la Comisión de Bienestar Social y Familia de las Cortes de Aragón, una iniciativa parlamentaria, presentada por CHA, en la que reclamaba al Gobierno un compromiso “decidido” con los objetivos marcados en la Agenda 2030.
Sin embargo, el mayoritario “Sí” de todos los grupos políticos con representación parlamentaria quedó empañado por el “No” de quienes hacen bandera del negacionismo en política, de quienes no tienen reparo en formar parte del Gobierno de una institución en la que no creen. Es más, si dependiera de su decisión, la suprimirían para siempre.
Lamentablemente, asumir y conservar el poder político está por encima, en estos momentos, de los principios democráticos más elementales, por lo que fueron capaces de quedarse solos en esta votación, sin que sus socios hicieran, ni harán, lo más mínimo por incordiarles.
El propio Vicepresidente Primero del Gobierno de Aragón en sede parlamentaria, calificaba esta Agenda 2030 de "visión totalmente marxista, que enmascara objetivos buenistas y mete ideología de género, las identidades y el fanatismo climático". Y proseguía: "agenda globalista, invención que daña el campo, la agricultura, la ganadería, que quita soberanía a los pueblos, soberanía política, energética y alimentaria" o, para concluir, era descalificada como una "agenda de ricos, para caciques globales, que empobrece a todos y enriquece a las elites".
Ante estos tan ¿contundentes? como poco rigurosos motivos, es necesario valorar en su medida el acuerdo parlamentario logrado, pero mostrar, a la vez, la preocupación por su futura puesta en marcha, dado que la mitad de la coalición del actual gobierno no apoya lo aprobado. Eso sí, no se irán del Pignatelli, ni hará nada el PP para concluir con este acuerdo político de gobernanza tan dañino para Aragón.
Y eso que estamos tratando sobre una cuestión como la Agenda 2030, un marco para lograr un futuro más próspero, abordando la lucha contra la pobreza y la disminución de las desigualdades, desde el desarrollo sostenible; entendiendo éste como aquel desarrollo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer sus propias necesidades.
Hay que recordar que en 2015, con la aprobación unánime de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible por parte de los 193 Estados convocados, España asumió de forma explícita el compromiso para hacer efectiva esta estrategia.
En este acuerdo se recogen 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS), 169 metas, 232 indicadores, centrados, todos ellos en cinco ejes, las personas, el planeta, la prosperidad, la paz y las alianzas, además de presentar los medios necesarios para su impulso y los mecanismos de seguimiento y revisión a diferentes escalas administrativas.
En este sentido, el anterior Gobierno de Aragón se comprometió con la Agenda 2030 y los O.D.S. impulsando una batería de acciones que conformaban la denominada Estrategia Aragonesa de Desarrollo Sostenible, aprobada por Acuerdo de Gobierno el 4 de septiembre de 2018.
Con la finalidad de favorecer un desarrollo sostenible coherente, integrador y trasversal, la Estrategia Aragonesa se presenta como herramienta para implementar, de manera natural y eficaz, los O.D.S. en las políticas públicas y su sistema normativo, poniendo en el epicentro de la actividad cinco ejes básicos. Esta estrategia ahora está en peligro por la presencia de la ultraderecha en el Gobierno de Aragón.
Por esta razón se presentó la proposición no de ley de CHA. Por todos estos motivos tenemos que congratularnos de lo aprobado, además de exigir, ahora, su cumplimiento para poder ejecutar, cuanto antes, las medidas que se consideren más necesarias para colaborar en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030.
* Isabel Lasobras Pina es secretaria General de Chunta Aragonesista (CHA) y Portavoz de CHA en la Comisión de Bienestar Social y Familia de las Cortes de Aragón
