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Vistosa ceremonia en Panillo para dar la bienvenida al año del Cerdo Femenino

La comunidad budista Dag Shang Kagyu recibe por todo lo alto el nuevo año tibetano

Vistosa ceremonia en Panillo para dar la bienvenida al año del Cerdo Femenino
Vistosa ceremonia en Panillo para dar la bienvenida al año del Cerdo Femenino
E.F.

PANILLO.- La comunidad budista Dag Shang Kagyu de Panillo recibió este martes por todo lo alto el nuevo año tibetano, el año lunar 2146. Se trata, según la interpretación astrológica, del año del Cerdo Femenino de Tierra que promete ser "de abundancia, tranquilo y suave".

En una jornada soleada, con presencia de fieles, curiosos y autoridades civiles y religiosas de la zona, Panillo celebró la ceremonia del Losar o Año Nuevo entre salmodias tibetanas, plegarias y rituales de purificación a través del humo blanco y lanzamiento de harina.

IMÁGENES DE LA CELEBRACIÓN EN ESTE ENLACE

"Las características por el elemento son como el año pasado, la tierra, que es estable, nos da sustento y abundancia. Es el género femenino, que significa suavidad y como animal es el cerdo, un animal doméstico, que representa tranquilidad", explicó la directora del templo Dag Shang Kagyu, Isabel Alcántara, en relación a este 2146 que comenzó ayer (por este martes) y que ella interpreta con matices. "Estos son los aspectos generales. La astrología marca según los astros algo, pero lo que define el año es cómo vivamos los momentos difíciles y felices".

Los rituales del Losar comenzaron la víspera con las plegarias del Linaje Shangpa. Este martes, los rezos empezaron a las 8 de la mañana, con ofrendas de katas en el templo, donde se realizó la práctica del Guru Yoga de Milarepa. A continuación, ya en la explanada exterior, media hora antes de lo previsto, se desarrolló el ritual de purificación y la ofrenda de humo blanco, siempre con la hoguera central como protagonista.

Este año, sin embargo, se cambió la ubicación de los distintos espacios, colocando a los lamas en el lado opuesto a donde era habitual, mientras que la hoguera, cuya ubicación también se varió, fue más vertical. Varias modificaciones que explicó la directora de Dag Shang Kagyu. "Hace poco, hicimos unos rituales de fuego muy especiales y se probó la hoguera vertical porque el humo salía más vertical y el lama Drubyu, tras ver el resultado, dijo que también se haría así para el Losar".

También fue idea del propio lama, modificar la ubicación de los lamas en la ceremonia. "De esta manera -comentó Alcántara- están más cerca del templo", que se situaba justo a su espalda.

El año nuevo tibetano se celebra el primer día del primer mes del calendario lunar tibetano, que normalmente coincide en febrero. Como pudo comprobarse este martes en Panillo, se celebra con música, danzas y un espíritu de festejo en el que se intercambian cálidos saludos y buenos deseos. El germen de la celebración, como explicó el Lama Drubyu, son las plegarias a Buda. La plegaria principal se centra en el deseo altruista de obtener la iluminación para guiar a todos los seres a ese mismo estado, contribuyendo al bienestar y el desarrollo espiritual de todo el mundo.

Como siempre, tras la música y las plegarias que se elevaron al cielo con la columna de humo blanco que desprendía la vertical hoguera, el lanzamiento al unísono de la harina al cielo marcó el final del ritual en la explanada anexa al templo. La directora del centro dio la bienvenida a los asistentes, abriendo el turno de discursos. "Os agradezco que siempre hay mucha gente acompañándonos y este año hay más autoridades que nunca. Mi deseo para todos es que alcancemos la felicidad. No la felicidad a través de las posesiones o del estatus, sino una felicidad que podemos alcanzar reconociendo nuestra bondad innata y las cualidades que nos caracterizan. Que a través de esas cualidades podamos ser más felices y hacer más felices a los demás. Deseo que disfrutéis de este día y cada día de nuestra vida se convierta en una celebración", apuntó Alcántara.

El alcalde de Graus, José Antonio Lagüens, fue presentado con efusividad y cariño por el Lama Drubyu y siguió su espíritu fraterno y bromista en su discurso. "Todas las religiones tienen cabida en este templo Dag Shang Kagyu. Bienvenidos a todos, sobre todo a los que vienen de más lejos", apuntó.

Lagüens aludió a la acción de promoción conjunta entre el Ayuntamiento y el templo en la última edición de Expotural, desarrollada en Madrid a principios de noviembre. "Me empapé de valores muy bonitos de la condición humana, respeto a la naturaleza, sostenibilidad, en una feria que fue además promoción de Graus y de Panillo", indicó. Lagüens, que reconoció ser fiel a esta cita, destacó sus bondades. "Aquí encuentras paz, sosiego y a veces, consuelo. Gracias a este paraje natural y a los lamas por transmitirnos este espíritu positivo que nos llena de vida y de alegría".

La presidenta de la Comarca de la Ribagorza, Lourdes Pena, incidió en ese espíritu fraterno. "Me sumo a los buenos deseos. Deseo que todos encontremos nuestra espiritualidad y seguro que es una buena manera de que el mundo vaya a mejor". A nivel comarcal, resaltó la importancia de contar con este centro budista. "Es un buen reclamo turístico, pero también espiritual. Atrae a mucha gente", aseguró.

Ignacio Cardona, párroco de Graus, agradeció "la fraternidad que respiramos en este lugar" y aprovechó para pedir introspección. "En un mundo que ha hecho de la materia un Dios, tenemos que vivir más la espiritualidad. Ojalá viviéramos esa espiritualidad que nos conecta con lo divino porque tendríamos que ser más y mejores".