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Paco Sierra, loco por las motos y otras cosas

"Las dos ruedas las he llevado siempre en la sangre", afirma este vecino de Huesca

Paco Sierra, loco por las motos y otras cosas
Paco Sierra, loco por las motos y otras cosas
S.E.

Paco Sierra Gracia (Huesca, 1955), tiene muchas aficiones, entre ellas las motos. "Las dos ruedas las he llevado siempre en la sangre", dice. Tiene 8 motos antiguas, entre ellas "una Terrot que compramos en Francia, de las que en los años 30 ganaban el Campeonato de París de Velocidad, y como cosa explosiva, la BMW R75 de 1942 con sidecar, de la segunda guerra mundial".

Y "una Harley Davidson del 42, de esas que tras la guerra las pasaban a Canadá, donde las civilizaban -les quitaban el color verde y la estrella de Estados Unidos del depósito y les bajaban los guardabarros-". Coches, siempre todoterrenos, y un Escarabajo del 55 que vendió hace años.

Precisamente con las motos, su padre le dio una lección que todavía recuerda: tenía una Guzzi 65 que Paco cogía de vez en cuando. Un día, su padre, advertido por un amigo, comprobó que la Guzzi no estaba en su sitio, "y al día siguiente llamó a Francisco Marquina y le dijo que se llevara la moto a la chatarrería. Fui a buscarla y no estaba. Se lo dije a mi padre y él me preguntó si había llevado su moto. Le contesté que no y él me dijo, pues la moto no está... Es decir, renunció a la moto por una mentira mía".

Nació Paco Sierra en la plaza Los Fueros de Aragón, cuando "toda la gente que allí vivía era superconocida, gente típica de Huesca, y estaba el mercado, que era precioso, las tabernas... Ahora, si no estuviese la Catedral, san Pedro El Viejo..., en el Casco Viejo no habría nada".

La familia se trasladó a vivir a la calle del Parque. Todo muy distinto. Lo mejor, que tenía el Parque cerca de casa.

Lleva también Paco en la sangre el monte. De los primeros Boy Scouts, fundados por Rafael Andolz en 1968, pasó a Peña Guara y ahora le interesa el Camino de Santiago, y la Orden del Temple, "que es una cosa especial".

Vive activamente la Semana Santa "de toda la vida". En Salesianos, participaba en la Pasión -"el último año que actué hacía el papel de Santiago Apóstol-".

Luego estuvo en la escolanía y en la cofradía de San Viator, y posteriormente entró a formar parte de la Cofradía de Santiago y pasó a llevar, sobre todo, la organización de procesiones en la Archicofradía de la Vera Cruz, "donde llevo muchísimos años".

Su vida laboral, siempre ligada a las inmobiliarias. Empezó con 17 años con José María Fañanás y después estuvo en Fincas Pirineos. Ahora, disfruta de su huerto y de Huesca. "El que ha nacido o vive en Huesca tiene un privilegio, más si le gusta la tranquilidad, la montaña...".