Sociedad

DÍA DE LA MUJER

Sin consenso en el movimiento feminista sobre la abolición de la prostitución

La Comisión 8M, organizadora de la huelga feminista y de las movilizaciones, ha decidido aparcar este debate y centrarse en "lo que une"

Sin consenso en el movimiento feminista sobre la abolición de la prostitución
Sin consenso en el movimiento feminista sobre la abolición de la prostitución
M.M.

MADRID.- No hay unanimidad entre las feministas sobre la abolición de la prostitución y el movimiento se divide entre quienes promueven su eliminación "por la violencia y explotación" que supone para la mujer y las que piden que el debate se afronte "con delicadeza para no afectar a las trabajadoras".

Ante el próximo Día de la Mujer, la Comisión 8M, organizadora de la huelga feminista y de las movilizaciones, ha decidido aparcar este debate y centrarse en "lo que une", aunque ha dejado claro que "sí condena la trata con fines de explotación sexual y laboral".

Así lo aseguró la integrante de la Comisión Sara Jiménez, al presentar las movilizaciones que se desarrollarán el próximo 8 de marzo y que denunció que "una agenda externa ha decidido coger la prostitución como caballo de Troya para romper la unidad del colectivo".

"La Comisión trabaja por lo que nos une y no por lo que nos divide", sentenció Jiménez, mientras que, desde este mismo colectivo, Silvia Hernández apoyaba la decisión de no abrir este debate hasta después del 8M al considerarlo "bastante complicado".

Pero no se opone a abordarlo y pide que, cuando se haga, se actúe "con delicadeza para no dañar a las trabajadoras que no tienen culpa ninguna" y advierte a "algunos partidos políticos" de que el movimiento feminista "no va a permitir que presionen con el tema".

Al igual que Portugal e Italia, España es uno de los países que no tiene regulada la prostitución y desde el Gobierno, la ministra de Sanidad, María Luisa Carcedo, la ha comparado con la esclavitud y ha asegurado tajante que es una cuestión "que está fuera de los límites que se pueden tolerar como derechos humanos y dignidad de la persona".

La disparidad de criterios quedó patente también en el Congreso el pasado 18 de febrero, al aprobarse una proposición no de ley del PSOE que promueve, entre otras cosas, la abolición de la prostitución, aunque la mayoría de los grupos consideró que no era la forma, ni el momento de debatir este asunto.

La propuesta socialista contó con los votos a favor de PP, PSOE e IU, mientras que Podemos, Ciudadanos y PNV se abstuvieron.

Una parte de la Comisión 8M ha creado "la Comisión Abolicionista" porque aseguran que la huelga también está dirigida a abolir la prostitución, "una demanda histórica del movimiento feminista".

Denuncian "el intento de infiltración del lobby proxeneta en el movimiento feminista" y dicen que la única manera de garantizar los derechos y dignificar las condiciones de vida de las mujeres "empujadas y obligadas a la prostitución es acabar con la situación de vulnerabilidad y riesgo que viven".

Así, se asegurarían unas condiciones económicas y sociales que evitarían que sean víctimas de la trata y vendan sus cuerpos para subsistir.

La decisión de la Comisión 8M de no abordar el debate cuenta con el apoyo, a título personal, de la presidenta de la Federación de Plataformas Trans, Mar Cambrollé. "Si ha sido una decisión consensuada, bien está", ha dicho.

Pero Cambrollé ha calificado de "peliagudo" el "asunto de la prostitución" porque "tiene muchísimas aristas" y ha advertido de que debe ser abordado con la participación del "sujeto político, porque sino las mujeres del feminismo haríamos lo que han hecho con nosotras los hombres: decidir por nosotras".

Y tras insistir en que es su opinión personal, ha apostado por un debate en el que "no se olviden los derechos humanos" con un enfoque de "clandestinidad o derechos, más que abolición o no".

Porque recuerda que a las "mujeres trans el sistema nos ha excluido del mundo laboral y la única salida que ha dejado a muchas (principalmente en Latinoamérica) ha sido la prostitución", que "dejarían con un trabajo y un techo digno".

Y advierte de que "en el debate teórico, desde las alfombras y las universidades, dejamos en el camino a gente que tiene unas necesidades vitales como pagar una casa y sobrevivir".