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Lisboa se vuelve un gran pueblo con la fiesta de San Antonio

Olor humeante a sardina asada, cordeles con luces de fiesta y parejas bailando al son de acordes de fado, esos que por unas noches no suenan tan tristes como de costumbre. El inicio del verano se adelanta unas semanas en Lisboa por las fiestas de San Antonio, el santo más popular del país.

La capital lusa se olvida de que lo es durante el mes de junio para convertirse en el pueblo más grande de la geografía portuguesa, de los de verbena y cerveza en mano; una conversión que vive su punto álgido el día 13, fecha de la muerte del santo, lisboeta de nacimiento y fallecido en Padua en 1231.

En los días anteriores, las sinuosas calles de Alfama ya se llenan de lisboetas que, tras salir de la oficina, aprovechan para tomarse algo con los compañeros de trabajo, en unas tardes que suelen alargarse hasta fundirse con las madrugadas.