Sociedad

SUPERACIÓN

El recorrido más pedregoso de Mario Iglesias hasta Santiago de Compostela

Logra llegar a la catedral tres años después gracias a una prótesis de la ortopedia Ibor de Huesca

El recorrido más pedregoso de Mario Iglesias hasta Santiago de Compostela
El recorrido más pedregoso de Mario Iglesias hasta Santiago de Compostela

HUESCA.- Mario Iglesias (Jaén, 1977) y su mujer habían apalabrado sus planes como cualquier matrimonio. La pareja estaba decidida a recorrer el Camino de Santiago en verano, aprovechándose de las ansiadas vacaciones. Sin embargo, semanas antes de empezar el trayecto en 2016, Mario, que trabajaba de cuidador de personas con discapacidad, sintió unos fuertes dolores en la espalda que le obligaron a visitar al doctor.

Durante la visita, el médico tradujo los síntomas en una hernia discal ubicada a nivel L5S1, la más baja de las cinco vértebras lumbares. Por ello, fue intervenido quirúrgicamente y tuvo que retrasar el viaje.

Este pequeño impedimento en el comienzo de las etapas solo fue un ligero retraso, hasta que, dos días después de la operación -que había salido correctamente-, la situación empeoró drásticamente.

"Sufrí una fisura en la médula ósea con pérdida de líquido cefalorraquideo a raíz de la intervención. Para arreglarlo tuve que quedarme bastante tiempo en la cama, y se creó una fibrosis -tejido duro- que me oprime el nervio S1 y me deja la pierna de rodilla para abajo muerta", explica Mario sobre el trágico e impredecible desenlace de su operación.

A partir de ese momento, el afectado tuvo que andar ayudado de dos bastones, pero la peor parte fue la tortura psicológica que sufrió. Sabedor de su estado e impotente al no poder remediarlo, Mario se hundió en una profunda depresión provocada por verse obligado a pasar el resto de su vida apoyando sus manos en dos simples palos, cuando apenas alcanzaba los 40 años de edad.

La frágil situación psicológica que estaba atravesando le propició episodios de insomnio. Durante sus jornadas nocturnas de desvelo, el excuidador acostumbraba a ver la televisión hasta bien entrada la madrugada. Mientras Mario hacía "zapping" en una de sus noches de vigilia, en su monitor apareció una competición de atletismo de los Juegos Paralímpicos, lo que le animó a buscar una solución a su mal.

"Si ese lo hace, yo lo hago", pensó para sus adentros , e inmediatamente encendió el ordenador y rastreó los buscadores de internet hasta resolver su problema. La solución estaba disfrazada de dirección de correo electrónico, así que escribió. El destinatario del mensaje era una fábrica canadiense dedicada a elaborar prótesis para pies equinos (deformidad que incapacita a las personas para levantar la punta de la extremidad y les impide, entre otras cosas, andar o conducir) que, por suerte, tenía sede en España.

Tras esta coincidencia, la empresa norteamericana puso en contacto a Mario con Ibor, tienda especializada en ortopedias de Huesca y única en la península (incluidas Portugal y las regiones insulares) encargada de distribuir Turbomed. Este producto permite que un pie equino pueda realizar la dorsiflexión, es decir, moverlo desde el tobillo.

"El aparato está pretensionado, y en cuanto te lo pones, te levanta solo la punta del pie. Lo único que debes de tener es un buen control de rodilla, porque lo que hace es flexionártela", explica Martín Blecua, técnico ortopédico de Ibor que se encarga, especialmente, en la comercialización de Turbomed.

Según el trabajador de la ortopedia, este tratamiento no funciona en todos los casos. "Por ejemplo, en los pacientes con esclerosis múltiple al principio funciona bien y después hay que ir moldeando la tensión", apunta el experto. Además, destaca que "Mario es el paciente idóneo" para usar esta prótesis, pues "su patología no le deja levantar la punta del pie, pero en el resto de la pierna tiene fuerza".

¿Qué se siente al llevar esta prótesis "Buena pregunta. ¿Por qué no me la haces al revés ¿Qué no se siente? Lo que no se siente es preocupación", responde a la primera pregunta Mario, mientras indica a su mujer qué senda deben tomar para llegar a Sarria (Lugo), envueltos en el Camino de Santiago.

El usuario jienense de la prótesis no podía caminar ni conducir y, casi un año después de estrenar la prótesis, en agosto de 2018, ha pilotado su coche durante nueve horas seguidas para tomar el Camino Francés y andar unos 117 kilómetros hasta llegar a Santiago de Compostela. "Todo el mundo me decía que no podría, pero yo me dije que tenía que demostrarme a mí mismo y a todo el mundo que el aparato funciona y yo sigo siendo el mismo", cuenta sobre su reto.

La pareja empezó la peregrinación el domingo pasado y está previsto que este domingo, tras siete intensas jornadas, arriben a su meta.

Con la llegada a la catedral de Santiago de Compostela, la familia pondrá fin a unas vacaciones en familia que, desgraciadamente, se habían prorrogado durante demasiado tiempo debido un ciclo tormentoso en sus vidas.