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El legado de Andrés Burrel seduce a los grausinos

La exposición en su honor atrae a casi 700 personas tras un mes de exhibición en el Espacio Pirineos

El legado de Andrés Burrel seduce a los grausinos
El legado de Andrés Burrel seduce a los grausinos
E.F.

LA EXPOSICIÓN fotográfica Andrés Burrel. La aventura de la imagen. Un fotógrafo en Torres del Obispo a finales del siglo XIX puede visitarse en la nave central del Espacio Pirineos de Graus hasta el 28 de septiembre. Un mes después de su inauguración, ya son casi 700 personas, entre grausinos y visitantes, quienes han disfrutado de esta gran muestra comisariada por el director de Espacio Pirineos y que ha sido posible gracias a los fondos de la fototeca de la Diputación Provincial de Huesca y, sobre todo, a las imágenes, documentación y material cedido por la familia del propio Burrel que todavía vive en Torres del Obispo, en la actualidad, un núcleo del municipio de Graus.

La muestra reúne cerca de doscientas fotografías de este pionero de la imagen en el Alto Aragón, algunas de ellas inéditas, y está acompañada de abundante documentación, material fotográfico original, así como la recreación del estudio que dispuso en el jardín de Casa Mariano en la primera de las capillas y que está siendo uno de los espacios que más éxito tiene entre los visitantes.

Andrés Burrel Sopena, nacido en 1874 y fallecido en 1956 fue el más destacado representante de una saga iniciada en Torres del Obispo por su abuelo Mariano, fundador del colmado familiar El Fénix, y continuada por su padre, también Andrés, lutier y cronista local. En los paneles situados a la entrada, la exposición muestra un árbol genealógico con imágenes del propio Burrel, que abre paso a la muestra.

Andrés siguió con la actividad comercial de la casa, al mismo tiempo que emprendía otras aficiones como la relojería, la marquetería, la imprenta, la jardinería o la apicultura, artes a las que se entregó en mayor o menor medida, en ocasiones como apoyo de su vocación principal, la fotografía.

Sus inicios en la fotografía fueron tempranos, con apenas diecinueve años, y merced a la amistad y confianza con el que entonces era párroco de Calasanz, José Salinas, del que debió aprender la práctica del oficio. Su espíritu inquieto, el contacto y correspondencia con otros fotógrafos, como los Aguilar de Graus, y el acceso a las innovaciones a través de catálogos y publicaciones especializadas, alumbrarían por unos años en Andrés la ilusión de dedicarse profesionalmente a la fotografía, según relata el comisario de la muestra.

Los descendientes de Burrel han mantenido su legado prácticamente íntegro, como destacaba el propio Jorge Mur. "Gracias a la labor y respeto de su familia, podemos todavía hoy degustar este maravilloso tesoro, y sumergirnos en la aventura técnica que para Andrés tuvo que ser aprender y desarrollar el arte fotográfico en un pequeño pueblo de Ribagorza a finales del siglo XIX".

La muestra permite adentrarse a través de los ojos de Burrel en la historia de Ribagorza, ya que el de Torres captó con su objetivo algunos de los acontecimientos de la historia ribagorzana, entre los que destacan como fuentes documentadas las obras de la carretera de Graus a Benabarre, el Canal de Aragón y Cataluña en el Ésera o patrimonio mueble ya desaparecido, como es el caso de la iglesia de Capella.

Entre las fotografías de carácter más costumbrista y distendido, pueden verse retratos en los que la gente vestía sus mejores galas y aparecían tensos, pues debían permanecer inmóviles durante varios segundos, debido a la preparación que precisaban estas cámaras.

La figura de Burrel se relaciona con la de otros fotógrafos que desde la comarca de Ribagorza quisieron dedicarse a un oficio como la fotografía y que pretenden ser objeto de estudio a partir de ahora desde la Fototeca de la DPH por considerarse los pioneros de la Ribagorza, según avanzaron desde Diputación en la inauguración. Figurarían en este grupo los Aguilar de Graus, o el farmacéutico Vicente Castán y el propio mentor, el padre Salinas, que son algunos entre quienes circulaban los catálogos y publicaciones especializadas. No obstante, será la ambición y el trabajo de Burrel el que permitirá asentar la profesión lejos de los circuitos comerciales mediante el uso de la prueba y error y en continua mensajería con amigos y profesionales.

"Andrés Burrel. La aventura de la imagen. Un fotógrafo en Torres del Obispo a finales del siglo XIX" puede visitarse de martes a sábado hasta el próximo 28 de septiembre. La exposición ha sido comisariada por Jorge Mur para el Ayuntamiento de Graus, y ha sido posible gracias a la colaboración de la familia de Andrés Burrel y de la Fototeca de la Diputación de Huesca, entidad que cofinancia la producción de la muestra.