Sociedad

OJO AVIZOR

La Peña Montañesa, el recóndito refugio de los maquis

En este lugar del Sobrarbe se han encontrado dos multicopistas y varios documentos de la “Guerrilla”

La Peña Montañesa, el recóndito refugio de los maquis
La Peña Montañesa, el recóndito refugio de los maquis
MIGUEL GIL

UN TEMA tabú, dos multicopistas, varios documentos del maquis y la extensa historia de la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón comparten su presencia entorno a la imponente Peña Montañesa, cota máxima de la Sierra Ferrera con sus 2.295 metros de altitud.

En este espacio en concreto se sitúa uno de los lugares donde durante la posguerra civil española, se desarrolló una importante actividad guerrillera que se extendió entre los años 1946 y 1952. De esta manera lo detalla Jesús Buetas, vecino y exalcalde del Pueyo de Araguás, una de las localidades situadas a los pies de la Peña.

En el año 2017, tuvo lugar un hallazgo histórico en una cueva, un agujero situado a 23 metros de altura en una de las paredes de esta montaña y 30 metros por encima del manantial conocido "Loja Fuente". Se trata de un punto muy concreto y oculto por la vegetación al que solo consiguen acceder expertos montañeros y espeleólogos con la necesidad de cuerdas y arneses. Allí, encontraron dos multicopistas, una de marca francesa y otra de origen español que habían permanecido ocultas y escondidas en esta zona desde hacía casi 70 años.

Sin embargo, este descubrimiento de hace dos años, tenía ya sus antecedentes en los años 90 cuando un grupo de espeleólogos catalanes accedieron a la cavidad y vieron las multicopistas, pero no les dieron mayor importancia y las dejaron allí. Tuvo que pasar hasta el año 2017 cuando otro espeleólogo de Zaragoza informó a Miguel Gil del Club Atlético Sobrarbe (CAS) de que las imprentas permanecían allí. En ese momento, varias personas del ayuntamiento como Jesús Buetas, Mariano Oliván y Ana Otras (CAS) subieron hasta allí para recuperarlas. "No sé cómo los maquis encontraron esa cavidad y consiguieron subir hasta allí las multicopistas. Alguien se lo dijo o una persona de la zona tuvo que ir con ellos", señala Gil.

Este hallazgo supuso una gran sorpresa para los vecinos del Pueyo de Araguás, ya que la existencia de estos elementos era como una especie de leyenda. "Desde siempre se había rumoreado que había una imprenta en la zona de la Peña", relata Buetas quien hace hincapié en que todos los asuntos relacionados con el maquis han sido durante mucho tiempo "un tema tabú" para todas las personas que lo vivieron en primera persona. "La gente mayor rehusaba hablar de este tema, lo pasaron muy mal, la Guardia Civil se ensañó con ellos y tenían miedo".

La historia del maquis y de las guerrillas dejó sendas cicatrices en el municipio, donde las 2 corrientes presentes durante la Guerra Civil, volvieron a salir a la luz, según explica la profesora y doctora en Historia, Irene Abad. La Guardia Civil llegó incluso a establecer un cuartel en el cercano núcleo de Torrelisa y en otros lugares como Oncins, La Muera, Los Molinos o El Plano también se vivió de cerca esta situación, debido a la proximidad con los espacios donde se escondían los maquis. "Muchos vecinos de la época fueron sometidos a interrogatorios, que infundían el terror en una época no exenta de torturas, represiones y silencios". De esta forma lo relata también Irene Abad, quien además de experta en la investigación de la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón, es coautora junto a José Antonio Angulo del libro La tormenta que pasa y se repliega. "El maquis contó con mucho apoyo civil. Sin ese apoyo de las comunidades no habrían sobrevivido. Mucha gente les facilitó, comida, documentación, alojamiento e hizo como enlace", detalla. Abad explica que el maquis fue un movimiento clandestino que no dejó de alterar la cotidianidad de la gente "El formar parte en primera persona de aquella época hizo que el miedo de la gente les fuera filtrando", subraya.

Esta delicada situación vivida por los vecinos del entorno en aquella época generó la dificultad de poder averiguar nuevas cosas sobre el maquis, así como los lugares que se convirtieron en sus refugios. Todo ello generó que rumores como la existencia de la imprenta, no fueran creídos en la zona, según señala Jesús Buetas.

DOCUMENTOS ENCONTRADOS ESTE AÑO

Además de las dos imprentas, en el mes de febrero, miembros del Centro de Espeleología de Aragón (CEA) encontraron varios documentos de los maquis. Todos ellos fueron entregados a Miguel Gil quien los custodió durante tres meses en su casa mientras se secaban. "No dije nada a nadie, solo lo sabía una persona". Según explica, se hallaron en un pequeño abrigo en la base de la Peña Montañesa. Sin embargo, ese no era el lugar donde se encontraban originariamente.

Todos ellos habían permanecido en el mismo sitio que las multicopistas pero el agua, (procedente de Loja Fuente) al invadir la cueva, expulsó todos los documentos fuera de la misma y los mismos espeleólogos que encontraron las imprentas, decidieron guardar todo este material en otro lugar.

En total son aproximadamente 20 o 30 documentos, entre los que destacan varios ejemplares de prensa de "Mundo Obrero" y "Nuestra Bandera", órgano de comunicación y revista del Partido Comunista de España. Además, también se hallaron libros escritos por Dolores Ibárruri, "La Pasionaria", el Manifiesto Comunista e incluso uno sobre los Fundamentos de Lenin. Junto a ellos, aparecieron también manuales para la fabricación de bombas o estrategias de la lucha clandestina que se encontraban camuflados bajo la portada de libros sobre reglamentos deportivos editados por el Consejo Nacional de Deportes.

Según Irene Abad, son una serie de documentos interesantes y aunque la muestra "no es lo suficientemente amplia como para sacar a la luz determinados aspectos de la Agrupación Guerrillera del Alto Aragón", sí que sirven para "testificar un hecho de la historia y constatar su existencia".

Actualmente, la historiadora, quien tiene vinculación con la zona (la familia de su padre es del cercano núcleo de Banastón), ha comenzado el estudio de todos los documentos que pueden ser tratados, ya que otros presentan un mal estado debido a los efectos de la humedad sobre el papel y las malas condiciones de conservación existentes durante todo el tiempo que permanecieron ocultos.

Por otra parte, y de una forma hipotética, Abad considera que aparentemente no existe relación entre las dos multicopistas y los documentos hallados en la Peña Montañesa. "Por la tipografía utilizada, el papel o incluso la tinta, las publicaciones parecen mucho más elaboradas que un documento hecho en una multicopista", señala. Por este motivo, podría ser que todo el material llegó hasta el Sobrarbe procedente de otros lugares. Otro dato curioso al que se refiere el espeleólogo Miguel Gil es a la procedencia de los tubos de tinta encontrados, que fueron comprados en España. "Una vez me comentaron que en esos años era muy complicado hacerse con tinta en España- por las sospechas que podían levantar-, pero las encontradas en la Peña Montañesa se compraron aquí y no en Francia". Del mismo modo, explica que probablemente utilizaban la prensa y los libros hallados para crear con la imprenta documentos propagandísticos que luego repartían.

Miguel Gil se muestra así mismo convencido de que continuarán encontrando huellas del pasado maqui en la zona, como abrigos donde se escondían y montaban sus campamentos o incluso escritos que realizaban en las paredes. "Pueden salir muchas más cosas", matiza.

PUESTA EN VALOR DE ESTOS HALLAZGOS

Con la historia del maquis todavía presente, hay varios proyectos que a partir de ahora se plantean para preservar este patrimonio y ponerlo en valor. El día 5 de julio tuvo lugar un acto simbólico donde se entregó al actual alcalde del Pueyo de Araguás, José Ramón Lafuerza, todo el material encontrado. A partir de ahora, el propósito es crear una exposición permanente con todos ellos y las multicopistas en un espacio que previsiblemente estará en el Real Monasterio de San Victorián.

Además, otra de las iniciativas en las que ya han comenzado a trabajar es la adecuación de los senderos por los que pasaban los maquis hasta llegar a sus escondites. A lo largo de estos caminos, se situarán paneles informativos para acercar esta parte de la historia del Sobrarbe a todos los visitantes y vecinos, y que de esta forma, no caiga en el olvido.