Sociedad

VOLUNTARIADO

La tienda solidaria de Cruz Blanca reabre con apoyo de los voluntarios

Este espacio, ubicado en la calle Calatayud, permite visibilizar el trabajo que hacen los usuarios de la entidad

La tienda solidaria de Cruz Blanca reabre con apoyo de los voluntarios
La tienda solidaria de Cruz Blanca reabre con apoyo de los voluntarios
C.B.H.

TRAS PERMANECER cerrada este pasado agosto, la tienda solidaria de Cruz Blanca Huesca ha reabierto en septiembre sus puertas en la calle Calatayud, numero 31, de la capital oscense, para seguir ofreciendo los productos que elaboran lo usuarios de la Casa Familiar San Lorenzo y personas vinculadas con la entidad y otros que proceden del Comercio Justo. Para que este espacio funcione es clave la implicación de los voluntarios que están detrás del mostrador, tareas para las que siempre se necesita ayuda.

La tienda, ubicada en el mismo espacio que el Centro de Escucha, abrió unos meses después, en marzo, pero ya han sido muchos los oscenses que han acudido para realizar su compra o hacer encargos específicos que también pueden personalizarse. El proyecto, explica Nani Marín, una de las voluntarias, permite "visibilizar" todo lo que los residentes con la ayuda de los voluntarios hacen en los talleres que tiene Cruz Blanca. "Ese empoderamiento -insiste esta voluntaria- y poder ver el producto que ellos han hecho, es fundamental".

Son productos que antes se vendían directamente en la Casa Familiar y ahora disponen de un escaparate más directo. En las estanterías de la tienda pueden encontrarse desde complementos para los recién nacidos, a alfombras, cojines o velas realizadas en los talleres de Cruz Blanca, junto a rosarios y cruces hechas a mano de los Hermanos Franciscanos y productos de Comercio Justo distribuidos por organizaciones referentes a nivel mundial como Intermon Oxfam o, a nivel local, como el café de la empresa Eboca.

Pero, sobre todo, destaca el Aceite Vida, elaborado por Cruz Blanca, con apoyo de los propios hermanos de la orden, residentes y trabajadores, desde un olivar que han recuperado en la localidad oscense de Sabayés. Con este producto, "no estás vendiendo el aceite, sino el proyecto que hay detrás y el trabajo conjunto", comenta la voluntaria responsable de la tienda.