La Craba Negra, un obrador de ideas repleto de artesanía con sede en Ayerbe

HUESCA.- La altoaragonesa Rebeca Armada siempre ha sido una persona muy inquieta y emprendedora. Y tras varios años y proyectos en otros sectores, ha decidido apostar junto a su pareja, Albert, por fundir en un mismo proyecto su espíritu y pasión por la artesanía y el medio rural con su propia tienda, La Craba Negra, como ellos denominan su "Obrador d´Ideyas" y "La Botigueta d´Ayerbe", que hace dos meses abrió sus puertas en esta localidad de la Comarca de la Hoya de Huesca.

Hasta ahora, comenta, la artesanía había sido un "hobby", pero se dio cuenta de que era "el momento" de apostar por el medio rural. Según reconoce, "es complicado, pero me negaba a tener que irme a la ciudad a trabajar". En un comienzo la idea era mover sus productos por las ferias, pero les apetecía tener su propia tienda y Ayerbe, donde vive desde hace una década, era el lugar idóneo, el "centro de conexión" de las principales localidades de la zona, como Loarre, Riglos y Murillo de Gállego. Y, aparte, añade, "el medio rural y la artesanía van ligados, se complementan".

Este negocio, que está ubicado en la calle Aragón, lo utilizan como tienda y los productos los siguen elaborando en sus talleres . En un futuro su objetivo es que sea un "obrador d´ideyas", un espacio para realizar talleres con los que acercar este oficio, y quizás se planteen ampliarlo pero, por el momento, prefieren estar "asentados" antes de seguir creciendo.

Dar forma a este proyecto, valora Rebeca que ha sido "fácil", porque el contacto con el proyecto de Jóvenes Dinamizadores Rurales del Gobierno de Aragón le ha abierto muchas puertas y ayudado en todo el proceso, gracias a la relación con otros emprendedores.

"Fui a un curso, porque no tenía muy claro cómo hacerlo, me encaminó y le fui dando forma. Le di un giro tremendo porque en la red te vas alimentando de ideas", detalla. Este proyecto "ha sido lo que me ha abierto la puerta y la mente", añade.

Posteriormente amplió su formación en muchas materias con el Instituto Aragonés de Fomento y su programa de Emprendimiento en Industrias Creativas y Culturales, que terminó de "motivarle" para dar el paso siguiente.

TERCER PROYECTO

Este proyecto no ha sido el primero que Rebeca ha puesto en marcha, ya que antes lo hizo en Huesca y un bar en el medio rural, pero no terminaba de responder a sus expectativas. Ahora, realmente, cree en lo que está haciendo. "Cuando pones cariño y crees en lo que haces, lo ves de otra manera", dice.

Tampoco concebía la vida en la ciudad. "Creo que no podría regresar", porque para ella el mundo rural "lo es todo", con lo que la apertura de la tienda ha sido la culminación de un proyecto de vida. Emprender en localidades pequeñas, aclara, es "difícil", pero "siempre quedan románticos", bromea.

Dejando a un lado las gestiones administrativas, destaca que existen muchas herramientas gratuitas "muy interesantes" que pueden ayudar a todos los emprendedores, que abarcan desde la gestión del márquetin a la creación de una web, y que cree que "la gente no utiliza". Todas ellas serían muy útiles al autónomo que, resalta Rebeca, "es un superhéroe" que abarca muchos ámbitos, el diseño, la creación y ventas, entre otras cuestiones.

Aunque en su caso ha tenido mucho apoyo del Ayuntamiento de Ayerbe, donde el empeño de que una nueva puerta se abra ha llevado a hacer que los tramites sean más sencillos, gracias al acompañamiento de la gente que trabaja allí, a los que están muy agradecidos. Considera que habría que animar a la gente "a que apueste por el medio rural" y hacer una mención especial a las instituciones y pedir que "hagan los tramites más llevaderos para que los emprendedores no decaigan en sus proyectos y puedan llevarlos adelante, porque si no los pueblos se mueren".