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Un brindis al año también hace daño, según un estudio

Un informe sobre los efectos del alcohol recoge los perjuicios en la salud

Un brindis al año también hace daño, según un estudio
Un brindis al año también hace daño, según un estudio
S.E.

Llegan las fiestas y, con ellas, las cañas con los amigos, los vinos en las cenas, los cubatas de sobremesa, los digestivos tras el postre y el cava para los brindis. Antes de comenzar a justificar el exceso con un "una vez al año no hace daño", conviene saber que no existe una cantidad mínima de alcohol que se pueda ingerir sin perjuicio para la salud y que ninguno de los mitos enraizados en la sociedad que aseguran beneficios tras su consumo resulta cierto.

Tal y como recoge la Revista Eroski Consumer, la cantidad mínima de alcohol que podemos consumir sin perjuicio para la salud es cero. Esta es la principal conclusión del mayor estudio sobre los efectos del alcohol (Alcohol use and burden for 195 countries and territories, 1990-2016). Desde 2008, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no establece un consumo mínimo recomendable de alcohol.

¿Por qué la ley permite conducir con 0,5 mg/l de alcohol en sangre (el equivalente a una cerveza y media en los hombres y una para las mujeres)? Una cosa es establecer el estado de embriaguez, es decir, conocer el límite a partir del cual los efectos del alcohol comienzan a afectar a una persona y otra es señalar la cantidad de alcohol que necesitamos para dañar nuestra salud.

Según las últimas evidencias científicas, cada gramo de alcohol que entra en nuestro cuerpo es nocivo, ya que una vez accede al torrente sanguíneo alcanza todos los órganos y sistemas del organismo. El mencionado estudio, publicado en The Lancet, señala que los posibles efectos protectores que se asocian con el consumo de alcohol se anulan ante un riesgo mayor de desarrollar diferentes tipos de cáncer.

Las bebidas fermentadas (cerveza y vino) tienen casi siempre menor graduación que las destiladas (ron, ginebra, whisky, licores...). La absorción del alcohol también es más lenta cuando tomamos alguna de las primeras. Pero, en términos de salud, lo que importa es la cantidad de alcohol que cada bebida aporte al organismo, es decir, la suma de alcohol puro que ingiramos.

Las mujeres metabolizan peor el alcohol. Por lo general, la composición corporal de los hombres -tienen más agua en los tejidos, más músculo y menos grasa- es diferente a la de las mujeres. De esta composición depende que el alcohol afecte más o menos, además del peso corporal (cuantos más kilos, resultará más difícil) y de tener el estómago lleno.

Además, el cuerpo femenino, al tener menor proporción de agua y mayor grasa, hace que el alcohol quede más concentrado. También hay que tener en cuenta que las bebidas destiladas azucaradas -las dulces como el anís, el ponche, los licores de sabores o digestivos- y los combinados, que incluyen los refrescos, amplifican el efecto del alcohol: el azúcar favorece la absorción del alcohol en nuestro cuerpo.