Sociedad

LA ENTREVISTA

Héctor Olmedo: "Si una persona está triste en Navidad tiene derecho a estarlo"

El psico-oncólogo de la Asociación Española Contra el Cáncer impartió una conferencia en el Centro Ibercaja de Huesca

Héctor Olmedo: "Si una persona está triste en Navidad tiene derecho a estarlo"
Héctor Olmedo: "Si una persona está triste en Navidad tiene derecho a estarlo"
R.G.

HUESCA.- El síndrome de la silla vacía es "esa disonancia que hay entre la alegría exterior que se manifiesta y la tristeza interior que experimentan las personas que están pasando por un proceso de duelo".

Este factor se suele dar especialmente en Navidad, cuando, aunque el ambiente invita a la felicidad y el jolgorio, "nos viene a la cabeza el recuerdo de una o varias personas fallecidas con las que compartíamos estas fechas en años anteriores".

"Ese contraste hace que sea especialmente doloroso, porque las ausencias se notan más en estas fechas que el resto del año", asegura Héctor Olmedo (Granada, 1991), psico-oncólogo de la Asociación Española Contra el Cáncer y especialista en procesos de pérdida, que este lunes impartió una conferencia en el Centro Ibercaja de Huesca para abordar este tema.

Sobre el duelo, el experto asegura que "es un camino en el que nos reconstruimos a nosotros mismos de una manera distinta" y en el que hay que tener claro que "la muerte no destruye las relaciones con los fallecidos, sino que las transforma de otra manera".

Para afrontar esta situación es preciso saber "que no siempre se debe levantar el ánimo y que si una persona está triste tiene derecho a estarlo", puesto que "hay que aceptar estas emociones y al final cada persona elige cómo quiere vivirlas", dice.

"Debemos manifestarlas y canalizarlas, porque si las ocultamos y evitamos lo único que conseguimos es aumentar el dolor y al final este proceso será más largo", advierte.

Algunos consejos serían "planificar la Navidad y plantearse qué se quiere hacer y qué no. También es importante rendir un homenaje o darle un espacio a la persona fallecida, aceptar y solicitar ayuda práctica, aliviar el estrés los días previos a las celebraciones y tomarnos un respiro", enumera.

Otra pauta para sobrellevar las fiestas sería "reforzar las creencias espirituales de cada persona, con las que podemos obtener consuelo", y contar con la familia para "el cuidado y el apoyo".

"A la hora de planificar la Navidad es importante reunirnos con nuestro entorno más cercano para explicar lo que necesitamos, lo que queremos y cómo nos sentimos", añade Olmedo.

Sobre el resto de personas con las que tratamos, "no siempre acertarán en sus palabras, aunque tengan buenas intenciones", por eso hay que indicarles que "es mejor acompañar en silencio que con las típicas frases hechas", sostiene.

Si la Navidad puede ser dura para los adultos, también lo es para los niños y las niñas, a los que hay que contar "qué pueden esperar de estos días".

"Ellos también van a notar la ausencia y la tristeza, pero no debemos aislarlos del tema de la muerte. Hay que intentar explicarles las cosas a su nivel y que expresen su tristeza", dice.

Por último, Olmedo aconseja que "debemos explicarles que nada de esto es culpa suya", así como "dejarles que disfruten y que sean niños".