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El "sí, quiero" del obispo Ángel Pérez al papa cumple este viernes cinco años

El prelado de la Diócesis de Barbastro-Monzón ha impulsado en este tiempo la unidad pastoral y el trabajo coral

El "sí, quiero" del obispo Ángel Pérez al papa cumple este viernes cinco años
El "sí, quiero" del obispo Ángel Pérez al papa cumple este viernes cinco años
Á.H.

BARBASTRO.- Hace cinco años, el 27 de diciembre de 2014, Ángel Pérez dio el "sí, quiero" al nombramiento de obispo tras la "llamada sorprendente" desde la Congregación para los Obispos. "Me preguntaron si conocía Barbastro y dije que de paso cuando íbamos al campamento de Pineta. Me dijeron, el papa Francisco te necesita en la Diócesis de Barbastro-Monzón". Más emotivo fue el encuentro personal que aún recuerda, cuando "el papa con una cariñosa palmadita en la espalda me dijo, 'atrévete y disfruta'". A partir de ahí vino lo demás hasta la ordenación episcopal en la Catedral, el 22 de febrero de 2015, cuando sustituyó al obispo emérito Alfonso Milián.

En cinco años "ha habido momentos duros, fuertes y delicados. A veces, el celo pastoral sobrepasa el trabajo coral que hacemos en la Diócesis, donde todos remamos en la misma dirección. Lo que más destacaría son las personas, he vivido emociones donde se te encoge el alma". En este sentido, "ves la reciedumbre de la gente y su capacidad cuando le das oportunidad, tal vez lo que cuesta más, tener altura de miras y generosidad, en común por encima de lo personal. Así que vivo para los demás sin nada que ganar ni que perder".

Situación personal que le da libertad "para afrontar situaciones enquistadas, no por mala voluntad sino porque se han hecho así siempre y en algún momento hay que reconducir las cosas con criterios de futuro".

Se refiere a los cambios en la Diócesis: "La unidad pastoral ya estaba en el germen. La impulsé porque estaba convencido de su efectividad, creía en la necesidad de ponerla en marcha y también que serían precisos unos años para consolidarla". En concreto, "para que sea natural la presencia a través del sacerdote, de los animadores, catequistas, voluntarios en la pastoral de la salud. Gente que se ocupa y preocupa de que llegue a todos y se respete la dignidad de la persona".

Señala respecto a las tareas de los animadores que complementan la labor de los sacerdotes en una Diócesis con una media de edad de 72 años que cuando llegó a Barbastro, en el primer consejo de Presbiterio preguntó por el estado de la casa y cimientos. "Se ha trabajado en muchas cosas que apenas se ven y espero que en unos años se note la labor realizada con criterios de futuro".

CON CRITERIOS DE FE

En este sentido, "si estamos menos sacerdotes, somos más mayores y tenemos menos relevancia social, lo que importa es trabajar con las personas que son el núcleo vital en las poblaciones y que sean quienes construyan esa sociedad de futuro". Respecto al futuro, "solo Dios sabe si está garantizado o no. A veces me dicen que debo ser providente y lo soy porque si fuera solo por lo que uno hace, es evidente que estaríamos en quiebra".

"En el análisis de la realidad diocesana que hice al principio -con 7.000 kilómetros cuadrados, 254 pueblos y 80 curas, entonces, porque ahora tenemos 48 de los cuales 10 están en la Residencia, fuera de servicio-, la situación de empresa sería muy mala. En cambio, con criterios de fe, tengo confianza en las personas. Todo dependerá de lo que seamos capaces de hacer en conjunto", agrega el prelado.

Destaca la labor que realizan 35 misioneros y misioneras naturales de localidades diocesanas. "Todos somos misioneros en casa, en el ambiente laboral, social, entre amigos. Lo más fuerte y contundente son la coherencia de vida y el testimonio. Lo más sobrecogedor, la generosidad de este pueblo a la hora de salir por el mundo. Es una sorpresa agradable".

Además valora la historia religiosa, ya que "somos la Diócesis con mayor número de beatificaciones y se iniciará el proceso de 204 sacerdotes, 6 seminaristas y 31 seglares. La Diócesis resurgió de la antigua donde quedaron solo 20 curas".

Al mismo tiempo no oculta "cierta desilusión entre la gente de los pueblos que visito porque intuyen que muchas realidades se mueren pero tengo la convicción de que estamos a tiempo si somos capaces de mirar todos en la misma dirección". Se refiere al patrimonio, porque "el turismo religioso es fuente de riqueza en muchos pueblos, imagina que desde Torreciudad fuera viable una ruta hasta Roda y otros pueblos de la zona del románico. No es fácil pero sería viable aprovechar los recursos y posibles iniciativas beneficiosas entre patrimonio, turismo, naturaleza, gastronomía y bodegas. La cuestión es que seamos capaces de sentarnos para estudiar todas las opciones".

El balance del obispo Ángel Pérez es sencillo, "servir a todos de manera incondicional", también a los reclusos en cárceles aragonesas a quienes visitó en Navidad. "Los quiero por lo que son y significan para Dios. Este año hemos repetido la campaña de los 5 minutos de esperanza telefónica para que hablen son su familia".