Sociedad

¿QUIÉN SOY?

Jesús Pisa Zapater, una vida por el fútbol

Es uno de los monegrinos más respetado y querido por su integridad y honestidad

Jesús Pisa Zapater, una vida por el fútbol
Jesús Pisa Zapater, una vida por el fútbol
S.E.

HUESCA.- Nacido hace 62 años y celebrando su onomástica el día de Navidad, Jesús José Pisa Zapater insiste en nombrar su segundo apellido. "Para mí es importante porque mi madre y mis abuelos maternos han sido mi media vida", explica refiriéndose al hecho de que hasta los 12 años pasó su infancia entre los municipios de Sena y Velilla de Cinca: "Tanto un pueblo como el otro son mis pueblos, tengo amigos en los dos sitios, incluso fui a la escuela en las dos localidades".

Pisa Zapater ha sido jugador y entrenador de fútbol hasta hace muy poco, lo que le ha hecho permanecer en contacto tanto con los más jóvenes como con sus padres, lo que ha repercutido por sus virtudes como persona en ser uno de los monegrinos más respetado y querido. Si bien sus virtudes de niño no eran tan buenas como de adulto, ya que "era un bala", se define, recordando las travesuras que llevaba a cabo durante su infancia.

"Todas mis vivencias están vinculadas con el fútbol en el que empecé oficialmente a los 14 años", y destaca antes escapadas tan sonadas como cuando se fue desde Velilla del Cinca a Ballobar. "Jugaban Ballobar y Sena y con diez años fui andando a ver el partido, allí me encontró mi padre... La que me calló fue grande", relata.

Así mismo, recuerda que cuando tenía 12 años, estudiando en el Seminario de Lérida, les llevaron a ver otro partido. "Antes de acabarlo dijeron que debíamos irnos. Yo me quedé y, al finalizar, me estaban buscando por los alrededores y menos mal, porque allí me hubiera perdido", confiesa.

Su niñez, calificada por él mismo como muy feliz, se vio turbada por un recuerdo impactante. Cuando tan solo tenía un año, "mi padre tuvo un accidente y recuerdo cómo me sentaron en una silla y cómo se lo llevaba la ambulancia. Estuvo mucho tiempo en el hospital, y aquello quedó grabado en mi memoria".

El destino y su pasión por el fútbol, en una simbiosis perfecta, le han llevado a dedicarse a este deporte, donde ha demostrado siempre la persona comprometida que es.

Siempre con la verdad por delante, razonable y con la integridad de una persona honesta, Juan José Pisa ha conseguido durante años ser un modelo de conducta creando una reputación en Los Monegros de la que todos se sienten orgullosos, porque nadie ha sido capaz de enturbiarla.