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DE CERCA

Sergio Sánchez Lanaspa: "Cada día que pasa soy más feminista, más ecologista y menos de todo lo demás"

"La historia de los Pirineos es más intensa de lo que parece", asegura

Sergio Sánchez Lanaspa: "Cada día que pasa soy más feminista, más ecologista y menos de todo lo demás"
Sergio Sánchez Lanaspa: "Cada día que pasa soy más feminista, más ecologista y menos de todo lo demás"
S.E.

Su Almanaque de los Pirineos lleva varios años siendo uno de los regalos más especiales de la Navidad. ¿Se esperaba este éxito?

-Confiaba en que tuviera éxito y con ese objetivo trabajé. La realidad es muy prosaica. Si no hubiera tenido éxito no habría seguido y estaría medio arruinado porque me juego mucho cada vez que edito un almanaque: los costes y un año de trabajo.

¿Usted también regala a sus seres queridos este libro tan interesante y bonito?

-Sí, desde luego. Algunos de mis familiares incluso se lo leen.

¿Qué queda en usted de su niñez?

-Muchísimas cosas. La inconsciente felicidad, las ganas de descubrir la vida... y mi yo profundo, que creo es el mismo.

¿Y de sus tiempos como estudiante de Ciencias de la Información en el País Vasco?

-Bilbao para mí fue muy importante. Era un Bilbao duro en los ochenta y me abrió los ojos a todo.

¿Qué no le gusta del carácter que ha edificado con la edad?

-Soy demasiado impulsivo y vehemente. He perdido paciencia y tolerancia en el cara a cara. Antes tenía mucha más.

¿Cuál es la mayor superficialidad que le encanta permitirse en su vida?

-Echarle de comer a los pájaros que visitan mi jardín y reciclar el plástico. Aunque ninguna de las dos cosas sirve de nada, las hago muy a conciencia.

De todos los descubrimientos que ha realizado gracias a su Almanaque elija los dos que más le han sorprendido.

-Que Sabiñánigo hubiera tenido un papel importante en el desarrollo de la energía nuclear en España y que Franco entrara bajo palio en San Juan de la Peña.

¿La historia de los Pirineos y la provincia es más intensa de lo que la gente cree?

-La nuestra, en el siglo XX, es una historia de emigración, despoblación y de conquista del territorio al estilo del Far West: el ferrocarril, las hidroeléctricas, las repoblaciones forestales, el dinero del esquí... Quizá sí es más intensa de lo que parece.

Del 1 al 10, ¿qué grado de coquetería ejercita y por qué?

-Un 7,5. Busco parecer ligeramente descuidado, como cualquier canalla de buenas intenciones.

¿Qué hace usted cuando "se suelta el pelo"?

-Reunirme con mis amigos a que se nos hagan las tantas.

¿Le daría rubor reconocer que tiene sueños eróticos?

-En absoluto. No son muy frecuentes, pero sí los tengo. Algunos alucinantes y otros sorprendentes.

¿Por qué no acabó la carrera de Ciencias Políticas? Tal vez ahora sería el presidente y tendríamos gobierno…

-No conozco ningún presidente licenciado en Ciencias Políticas. Porque empecé a trabajar. Llevaba dos años haciendo las dos carreras a la vez y cuando me llamaron de El Periódico de Aragón para trabajar lo dejé todo colgado. Periodismo (5º) lo saqué en septiembre, pero Políticas fue imposible. Aposté por la práctica y dejé la teoría.

¿Izquierda, derecha, centro o mediopensionista apolítico?

-Mediopensionista, no; soy autónomo y no tengo derecho alguno. Izquierda en casi todo, sin olvidar que tenemos dos manos. Republicano. Cada día más ecologista y más feminista, y menos de lo demás.

De nuestra querida provincia lo que más le gusta es...

-Que es fronteriza y es montañosa, dos características que la convierten en un territorio romántico. Y que tiene norte y sur; ibones y desiertos.

Y de su tierra, Jaca...

-Que es más cosmopolita y abierta de lo que dicen sus 12.000 habitantes.

¿Con quién una foto para la posteridad?

-Ahora mismo te diría que con Greta Thunberg. Es la que más posteridad tiene de todas las personas que se me ocurren.

¿Algún vicio confesable?

-Muchos. Y alguno inconfesable también. Como todo el mundo. ¿Uno? Las anchoas.

Un libro tiene que ser...

-Un libro que se precie tiene que ser un objeto fetiche. Al margen del contenido, tiene que tener un continente que lo convierta en deseable. Es un formato que es parte de nosotros. Debemos respetarlo y honrarlo. El peso, el olor... un libro bien editado es ese que la gente lo tiene en las manos durante diez minutos, sopesándolo, dándole vueltas y no sabe muy bien porqué.

Después de tantos años triunfando con su Almanaque ha llegado el momento de decir adiós a esta colección. ¿Por qué tomó la decisión?

-No quería avanzar más porque creo que no hay perspectiva suficiente. También me había cansado el formato. Era muy esclavo. Tengo ganas de escribir cinco o diez folios sobre un tema y en esta colección no lo podía hacer.

Su investigación se ha parado en 1985. ¿No le pica la curiosidad por investigar la siguiente década?

-La verdad es que no. La siguiente es una década de desencanto y de huida hacia adelante. La carrera olímpica, el boom urbanístico... En cierto modo, aún estamos en ella o sufriendo sus consecuencias. Por eso digo lo de la falta de perspectiva.

Una vez terminada esta aventura, ¿con qué nos sorprenderá en el futuro?

-Seguiré haciendo cosas divulgativas y de investigación. Intentando recuperar y resaltar aquellas situaciones y personas que fueron importantes y a las que la historia no les ha hecho justicia. Por eso, lo próximo será un libro de mujeres. ¿Le sorprende?