Sociedad

ECOS - ¿QUIÉN SOY?

Miguel Domec, un sacerdote de altos vuelos

Lleva 26 años viajando a Bolivia donde ha coordinado diferentes proyectos

Miguel Domec, un sacerdote de altos vuelos
Miguel Domec, un sacerdote de altos vuelos
S.E.

Miguel Ángel Domec Urieta ha cumplido 55 años de sacerdote. Desde octubre de 2007 es el párroco de la Catedral de Jaca. Antes estuvo en la parroquia Cristo Rey de Sabiñánigo y un año fue párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Pilar del barrio de Puente Sardas, de Sabiñánigo. "Tengo que agradecer primero a Dios por tantas y tantas cosas, y a todas esas personas que durante estos años me han arropado, familiares, sacerdotes, colaboradores y amigos, que me han aceptado como creyente y sacerdote, y como persona", dice.

En julio de 2007 cumplió 65 años y se jubiló como profesor de religión del Instituto San Alberto Magno de Sabiñánigo donde fue una persona muy querida por compañeros y alumnos de todas las ideologías.

Además, lleva 26 años viajando a Bolivia donde ha coordinado diferentes proyectos relacionados, principalmente, con el mundo de la educación.

Recuerda que sus primeros veinte años como cura fue vicario parroquial en la iglesia Cristo Rey de Sabiñánigo, que era entonces atendida por los sacerdotes Ángel Ayarra y Antonio Betrán, y, al morir este, Miguel Domec asumió la responsabilidad de párroco de Cristo Rey. "Llegué a Sabiñánigo con 23 años recién cumplidos, eran otros tiempos y se vivía de otra manera la responsabilidad parroquial, ni mejor ni peor que ahora, era distinto. En esos veinte primeros años, al ser vicario parroquial, tuve tiempo y posibilidad de poder estudiar, y entonces hice dos carreras civiles: Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca y Políticas y Sociología en la Universidad Complutense de Madrid".

Hace balance de este tiempo y dice que ve su vida "como un regalo de Dios y yo la tengo que regalar a los demás, y aquí está la esencia de mi sacerdocio. Además de mis errores y mis limitaciones -continúa Domec-, he intentado hacer las cosas lo mejor que he sabido, pero consciente de que, más fuerte que mis limitaciones y mis errores, es la misericordia de Dios y la bondad y comprensión de la gente, porque la gente es más buena de lo que nos imaginamos".

Miguel Domec es el pequeño de doce hermanos, nació en casa Menín de Sallent de Gállego, y como buen tensino, es un gran entusiasta de la montaña y del esquí, deporte que practica desde que era niño.