Sociedad

LA ENTREVISTA

Concha Lomba: "Al no conceder a las artistas importancia, sus obras se olvidaban"

Autora de "Bajo el eclipse. Pintoras en España, 1880-1939", analiza y documenta la vida y obra de mujeres desconocidas hasta ahora

Concha Lomba: "Al no conceder a las artistas importancia, sus obras se olvidaban"
Concha Lomba: "Al no conceder a las artistas importancia, sus obras se olvidaban"
S.E.

HUESCA.- Eclipsadas por no ser consideradas importantes. Fondos artísticos que permanecen ocultos en casas particulares, pues, "al no conceder importancia a las artistas, sus obras se olvidaban, ya que no tenían interés para sus herederos". Concha Lomba, catedrática de Historia del Arte y directora del Instituto de Investigación en Patrimonio y Humanidades, lanza algunas ideas sobre los porqués de su último libro, Bajo el eclipse. Pintoras en España, 1880-1939, un trabajo de investigación que busca poner luz al desconocimiento y falta de reconocimiento que hay en torno a la vida de las mujeres artistas.

"Hay un claro déficit, en esa materia (la vida y obra de las pintoras) conocíamos muy poco, no sabíamos cómo se insertaban en la escena artística, conocíamos algunas obras y poco más".

Primero Lomba quiso resolver si las mujeres tenían o no calidad artística. "Una vez visto que algunas de ellas sí la tenían, queríamos ver cómo era el proceso de sortear los obstáculos que algunas de ellas tuvieron que enfrentar; si era una cuestión generalizada o afectaba sólo a algunas de ellas, en definitiva, que había demasiadas dudas y muy pocas respuestas".

El periodo no está escogido al azar. "El año 1880 es cuando por primera vez a las mujeres se les permite acceder a la Escuela Superior de Pintura, Escultura y Dibujo de Madrid, única institución académica de la época, similar a las actuales universidades. 1939 está claro, pues es el fin de la Guerra Civil", explica.

La investigación obligó a un trabajo documental, para saber qué mujeres aparecían matriculadas (en la Escuela), en qué asignaturas, a cuántas exposiciones acudían, cuál era la crítica, y luego, a una búsqueda de las obras -algunas están en el Museo Reina Sofía, el Museo Nacional de Arte de Cataluña o el Museo de Bellas Artes de Bilbao, entre otros- para conocer sus estilos artísticos y qué pintaban, "que no sólo eran flores y paisajes. Lo más importante para conocer a artistas es entender cómo se comporta la política cultural de la época que estudiamos".

Una época "trascendental" por recoger las vanguardias: "Siempre nos habían contado que las mujeres que pintaban eran aficionadas, que no habían tenido que ver con la construcción de las vanguardias y es todo lo contrario", puntualiza Lomba.

El momento social y político favorece la difusión de sus obras y perfiles: "Impresionistas, como Berthe Morisot, a la que no conocíamos, exponía con Monet y Manet (...). Artistas, como Sonia Delaunay, llegan a España huyendo de la guerra (IGM), porque es un país neutral, y ahí se percibe otro impacto". Y por supuesto la Generación del 27 con "Maruja Mallo, Rosa Velasco o Ángeles Santos, a las que hemos añadido otros nombres significativos".

Una difusión que se interrumpe con la dictadura y que supondrá para las que se quedan en España alejarse de estos lenguajes modernos.