Sociedad

LA ENTREVISTA

Felipe Salinas: "La posibilidad de llegar a cien años con la puerta abierta refleja fidelidad"

El comerciante barbastrense ha mantenido durante casi un siglo una alpargatería que sigue siendo referencia en la ciudad

Felipe Salinas: "La posibilidad de llegar a cien años con la puerta abierta refleja fidelidad"
Felipe Salinas: "La posibilidad de llegar a cien años con la puerta abierta refleja fidelidad"
Á.H.

BARBASTRO.- Alpargatería de Sallán celebra 100 años desde su fundación por iniciativa del comerciante Felipe Sallán, que abrió el primer establecimiento en la calle Argensola de Barbastro hasta que se trasladó a la plaza del Mercado en el año 1940. El negocio lo continuaron tres generaciones, hasta que el nieto Felipe Salinas lo traspasó a Ana Barón, por jubilación, y sigue abierto con el mismo cartel y epígrafe comercial "Alpargatería la más económica de Sallán".

Los cambios introducidos por la nueva propietaria mantienen intactos los conceptos del comercio tradicional, cuya antigüedad se destaca en un mural colgado en el balcón de la antigua casa-convento con fotos retrospectivas de tres generaciones unidas por el mensaje "100 años caminando juntos". La feria de La Candelera celebrada el domingo fue la fecha indicada para dejar constancia en la fachada del establecimiento, y aunque Salinas vivió su última Candelera tras el mostrador hace cinco años, tiene intención de celebrar la efeméride. "La posibilidad de llegar a cien años con las puertas abiertas, con otro titular, es una satisfacción personal y refleja la fidelidad al sector comercial de un gremio que cuando me jubilé solo tenía dos tiendas abiertas en la provincia".

Al mismo tiempo, "será un reconocimiento a la familia porque el negocio lo inició el abuelo Felipe, continuó mi madre y lo he seguido hasta el 31 de marzo de 2015. En el ámbito familiar hicieron todo lo posible para que saliera adelante y cuando faltó mi padre me dediqué por completo. La alpargatería ha sido rentable en Barbastro y en la comarca. La fidelidad ha sido total entre la familia, con todas las evoluciones que llevó consigo en cada etapa. En la ciudad ha sido la única perdurable".

A simple vista, "celebrar cien años tiene mérito porque la continuidad se ha garantizado, a diferencia de muchos establecimientos que cierran por jubilación. Además, no es fácil en estos tiempos, casi diría que es un privilegio". En la distancia del tiempo recuerda que su abuelo Felipe fue alabardero y collarero, "con los útiles necesarios para realizar las tareas del campo con caballerías. Así que comenzó con el calzado de alpargata de cintas y de betas, la clásica albarca de yanta de goma".

En la tienda se conservan, en vitrina, algunos útiles y herramientas como recuerdo de sus antepasados. "No fueron alpargateros por cuenta propia sino que, en diferentes etapas, hemos encintado todas las que se traían para la venta, a veces para bailar la jota y muchos peñistas de Ferranca, que fueron buenos clientes. Aún conservamos piezas en colección particular". El domingo vivió la feria en la calle, fuera del mostrador, aunque estuvo en la tienda. "Hemos vivido cien candeleras -¡se dice pronto!- y esperamos que sigan más con Ana".

La plaza del Mercado ha sido el espacio de su vida, "aquí hemos hecho de casi todo y colaboramos con las iniciativas del sector, entre ellas ser el hermano mayor de la cofradía de Santa Ana o la Fiesta del Crespillo, entre otras".