Sociedad

LA ENTREVISTA

Tomás Generelo arroja luz sobre la figura de Conchita Monrás a través de retazos de su vida

El cortometraje "Cardelinas" se estrena este martes en Huesca en el Teatro Olimpia

Tomás Generelo arroja luz sobre la figura de Conchita Monrás a través de retazos de su vida
Tomás Generelo arroja luz sobre la figura de Conchita Monrás a través de retazos de su vida
R.G.

HUESCA.- El cortometraje Cardelinas, que se estrena este martes, en el Teatro Olimpia (20 horas), en el marco de un homenaje a José María Escriche organizado por la Asociación Oscacine, lleva por primera vez a la gran pantalla retazos de la vida de Concha Monrás, esposa de Ramón Acín. "Contamos la historia desde su punto de vista" y no tanto desde el del pedagogo, que "es un personaje principal en tanto en cuanto es el que la gente conoce, pero la protagonista indiscutible es Concha", explica Tomás Generelo, director del cortometraje.

Desde la ficción -"no está directamente basada en hechos reales, pero sí creemos que es una historia perfectamente plausible"- esta producción, con guión de Maite Abaurre, abre una ventana a tres de los 17 días que Monrás permaneció encerrada en la cárcel de mujeres de Huesca, tras ser arrestada.

En la celda, Concha está acompañada de Adela, una joven que está siendo coaccionada para que entregue a alguien de su familia. "Son dos mujeres de contextos socioeconómicos diferentes. La relación al principio es fría, pero en esos tres días construyen una relación de carácter materno-filial que ambas necesitan".

Con un nivel de dramatismo contenido y una narración clásica, Generelo ha puesto a las actrices Carmen Barrantes (Concha Monrás) y Elisa Hipólito (Adela) a contar una historia sobre la incertidumbre. "No he querido hacer algo más experimental porque creo que la historia no lo pedía"; también a nivel actoral "no podíamos dar rienda suelta al drama porque no hace falta. El drama lo llevan los personajes por dentro y eso condiciona la interpretación de las actrices y cómo enfrentan la situación". En un plano secundario, Fernando Ramos (Ramón Acín), actor extremeño que ha puesto voz al Acín de Buñuel y el laberinto de las tortugas, da continuidad al personaje con quien tiene un razonable parecido físico.

La reconstrucción de la cárcel ha sido un elemento clave para transportar al espectador a ese estado de incertidumbre. Gracias a la mano de William Abelló se construyó una celda a partir de la poca información que existe sobre el penal de mujeres -"no hay imágenes del interior y de lo poco que se sabe es que estaba hacinada"-, explica el director. "Para mí era importante no salir de la celda. Concha no sabe, aunque lo asume, que han matado a su marido y sus hijas se han quedado solas; Adela no sabe si va a salir de ahí. Toda la historia está planteada desde el interior de la celda. No ver qué hay fuera de la ventana. No saber cuánta gente hay encerrada en la cárcel. No saber qué está pasando con el alzamiento".

Cardelinas quiere "sacar a las figuras de Concha y Ramón de la oscuridad, pues fuera de Huesca han caído tradicionalmente en el olvido, y darla a conocer al mundo, pues es una historia universal, pese a estar ambientada en un momento muy concreto de la historia y los ideales políticos de por medio en los personajes".