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Carlos Jalle González: "He cumplido 50 años de socio; con 67, sigo siendo parrillero"

Las peñas recreativas, especialmente La Parrilla, el Peñas, la Semana Santa o los toros son ámbitos de la vida social, cultural y deportiva oscense en los que se ha involucrado

Carlos Jalle González: "He cumplido 50 años de socio; con 67, sigo siendo parrillero"
Carlos Jalle González: "He cumplido 50 años de socio; con 67, sigo siendo parrillero"
R.G.

HUESCA.- Comienza la historia por el principio: "Lo primero que viví nada más llegar a Huesca fueron las fiestas de San Lorenzo". Impecable tarjeta de presentación para Carlos Jalle, quien llegó a la ciudad con cuatro años de su Logroño natal. La arribada en tan señaladas fechas supuso una inmersión en el oscensismo de tal intensidad que Carlos Jalle se ha distinguido por formar parte de esos grupos de vecinos que desarrollan un imprescindible trabajo en el mantenimiento y difusión de tradiciones locales (y en su renovación, todo sea dicho).

Las fiestas laurentinas y la Semana Santa son devociones de Carlos Jalle, desde las peñas o tras la cámara de fotos. En su periplo vital hay que anotar su pertenencia a la junta directiva del Peñas Recreativas en su tránsito al profesionalismo y su consolidación en la ACB.

El trabajo de su padre, en Licorería Riojana, llevó a la familia a Huesca cuando la empresa se estableció en la capital oscense. Corría 1957, tiempo por cierto, fundacional de las peñas. Por si hiciera falta, remacha su pertenencia: "Sin renunciar a mis raíces, porque además vamos a Logroño todos los años, soy oscense; de sangre riojana, pero oscense".

Entró a formar parte de la Peña La Parrilla con 16 años. "Llevo 50 años ininterrumpidos de socio; con 67 años sigo siendo parrillero", explica como blasón. Comenzó a colaborar con la directiva que presidía Luis Machuca y prosiguió con su amigo Félix Batalla ya como miembro de la junta. En 1977 y 1978 fue presidente y, su colaboración ha proseguido. "Eso en la Peña, porque con las peñas he colaborado con los carteles, buscando patrocinio, en el programa...".

No quiere darse demasiada importancia cuando se recuerda que Carlos Jalle es autor de la letra del saludo al Santo en la mañana del 9 de agosto, con música del maestro José Luis Sampériz. Fue una manera que un grupo de peñistas de solera plantó para solucionar el cierto desorden de la cabalgata. La reflexión abierta ante esta preocupación se cerró con una intención que ha hecho fortuna: "Que el primer acto de las peñas sea el saludo al santo". Ya en 1982, en el 25 aniversario de La Parrilla, un grupo de históricos socios había comenzado una ronda al Santo. En este acto anual, adquirieron la costumbre de colocar una pañoleta a la imagen de San Lorenzo en la hornacina sobre la puerta de la Basílica. Este particular gesto fue el embrión del acto que ya va adquiriendo categoría de tradición laurentina.

De hogaño, lamenta Jalle la pérdida de empuje e iniciativa de las peñas durante el año y advierte de un cambio a peor en la actividad peñista en fiestas con la pérdida de los locales propios y el traslado nocturno a la zona del Palacio de Congresos.

Con estas entidades ha colaborado otra de sus grandes aficiones: los toros. En materia taurómaca confiesa "una espina clavada": "No haber conseguido los encierros en Huesca". Entre los años 80 y 90, participó en el intento de implantarlos. "Hubo casi, casi un cien por cien de poderlos conseguir", pero no pudo ser.

Las peñas fueron el embrión del Peñas, que años después cobraría independencia. "Tenía mucha amistad con Toño Riva y cuando comenzó el Peñas, me iba con él a los partidos; Toño escribía las crónicas para el periódico y yo hacía las fotos". "En la Junta Directiva entré cuando comenzamos en ACB con José Antonio Ortas como presidente". "Eso fue una locura en Huesca, se le ganó a todos los grandes", recuerda Jalle. "Dudamos mucho el primer año, cuando se descendió con el Estudiantes, pero cuando se volvió a ascender a base de los fichajes, con la pareja Hall-Jackson, e Iñaki Iriarte... fue un sueño hecho realidad", rememora. "Aparte de secretario, hacía la revista que se publicaba todos los años", apunta.

En esta publicación era responsable, entre otros cometidos, de la fotografía, ocupación a la que llega por vía familiar. "Mi padre era aficionado; empecé a hacer fotos con alguna máquina de mi padre y a los 16 años, en mi habitación me monté un laboratorio de blanco y negro, sin una dedicación profesional". Antes de que este fuera su medio de vida, Jalle trabajó primero como aprendiz en Librería Casanova mientras estudiaba nocturno. Pasó como administrativo por la Asociación de Cazadores y la Federación de Caza; tras el correspondiente servicio militar trabajó con Jesús Benito Ramón y pasó al Concesionario Renault de Saturnino Cabrero, durante 18 años y hasta su cierre. Y la que había sido su afición acabo convirtiéndose en su oficio hasta su jubilación.

Jalle ha dirigido su objetivo también a la Semana Santa. Atesora una colección única de fotos de sus procesiones. En 1986 realizó el primer cartel anunciador, del que se ha ocupado desde entonces. Cada año, además, su material ilustra el programa de la Semana Santa oscense. Queda demostrado que aquel chavalín que llegó a Huesca en plenas fiestas quedó prendado de la ciudad que lo recibía.