SEMANA SANTA
Los oscenses celebran el Domingo de Ramos de puertas para adentro
Nicolás Lopez oficia la misa a puerta cerrada en la Catedral de Huesca
HUESCA.- "Con el Domingo de Ramos iniciamos la Semana Santa, que nos lleva a celebrar lo que es nuclear en nuestra fe: El misterio pascual de la muerte y resurrección de Jesucristo". Con esas palabras se ha dirigido a los fieles el vicario general de la Diócesis de Huesca, Nicolás López.
Este año, debido al estado de alarma y siguiendo las orientaciones de la Santa Sede, la Conferencia Episcopal Española y del obispo de Huesca, Julián Ruiz, se ha omitido la bendición de los ramos, comenzando la celebración eucarística con la entrada sencilla, la señal de la cruz y el saludo al pueblo.
Con otro saludo, el del obispo de Huesca y Jaca, monseñor Ruiz, que invitó a los fieles "unidos en la fe a dar gracias a Dios por el don de la salvación en Cristo Jesús y a pedir que su gracia alcance a todos los fieles cristianos", Nicolás López, ha oficiado en la catedral y a puerta cerrada la misa del Domingo de Ramos.
"Saludo a todos los que seguís desde una actitud de serena esperanza, y por Huesca Televisión, la celebración de la eucaristía en el Domingo de Ramos, en el difícil momento que estamos viviendo, la pandemia del Covid-19". Así ha comenzado el vicario general su homilía, en una misa concelebrada por Juan Carlos Barón, deán de catedral y presidente del Cabildo.
Nicolás López se ha recordado el Domingo de Ramos de 2019 en la seo oscense, donde numerosas familias, acompañado a sus hijos se unieron a la bendición de ramos, a la procesión y a la eucaristía. "Hoy nos toca vivir la celebración de otra manera, pero anclados en la esperanza".
Una esperanza a la que también se ha referido al recodar la oración extraordinaria del Papa Francisco por el coronavirus. "El Señor nos interpela desde su cruz y lo hace a reencontrar la vida que nos espera, a mirar a aquellos que nos reclaman, a potenciar, reconocer e incentivar la gracia que nos habita. No apaguemos la llama humeante que nunca enferma y dejemos que reavive la esperanza, y que sea ella la que fortalezca y sostenga todas las medidas y caminos posibles que nos ayuden a cuidarnos y a cuidar. Esta es la fuerza de la fe".
Con el agradecimiento del pontífice a quienes están ayudando con sus trabajos a superar esta pandemia, Nicolás López ha pedido para todos ellos "nuestra oración y gratitud".