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Ángel Otín Laliena: "El Casino de Jaca es especial, único, mágico e ilusionante"

Llegó a la emblemática institución jaquesa para estar un verano y trabajó como conserje durante medio siglo, siendo testigo de la afición por el juego y la animada vida cultural

Ángel Otín Laliena: "El Casino de Jaca es especial, único, mágico e ilusionante"
Ángel Otín Laliena: "El Casino de Jaca es especial, único, mágico e ilusionante"
R. G.

Ángel Otín Laliena nació el 13 de agosto de 1958 en Jaca. Con 13 años comenzó a trabajar como ayudante del conserje del Casino de Jaca, el de la calle Echegaray, al que se llamaba Casino principal para diferenciarlo del Casino Unión Jaquesa. Esteban Ausens era el conserje y Ángel, un alumno aventajado, que se convirtió en un buen profesional, ganándose el cariño de todos y dejando su impronta a lo largo de medio siglo.

"Llegué al Casino de Jaca el 21 de junio de 1972 con intención de estar un verano y terminé el 30 de enero de 2020. Estuve 47 años, 7 meses y 10 días", precisó quien fuera el alma de esta histórica institución, que cerró sus puertas el 31 de diciembre de 2019, si bien su relación laboral concluyó un mes después.

En su etapa inicial, Ángel empezó en el bar del Casino, donde estuvo desde junio de 1972 a enero de 1973. "Luego, pasé al Casino como tal", explicó el jaqués, en cuya trayectoria fue clave uno de sus maestros. "Cuando estaba estudiando, me dijo "vente y estás el verano". Pasó ese verano y me dijeron "no te vayas, quieto aquí con nosotros". Seguí estudiando e iba por la tarde".

El Casino principal era conocido como "el de los ricos", porque grandes personalidades -desde mandos del Ejército y la Policía hasta personas con un alto nivel económico- disfrutaban jugando sus partidas y asistiendo a los eventos. "Mi trabajo ha sido gratificante y satisfactorio tanto en lo laboral, como en lo social. He tenido la suerte de trabajar con gente especialmente buenísima, educada y culta", comentó Ángel, para el que "el Casino es un sitio especial, único, mágico, ilusionante e ilusionado". Una de sus épocas gloriosas fueron los años 70, cuando llegó a los 500 socios.

A lo largo de casi 48 años, el jaqués se convirtió en el rostro amable que daba la bienvenida. "Mi vida siempre ha transcurrido en torno al Casino. El tema del trabajo, la mili, amistades, relaciones con gente muy especial y también, mi familia, mi mujer y mi hijo, que se crió en este lugar tan especial".

"La actividad del Casino siempre se ha basado en el juego", aunque también cobró fama por "sus bailes sociales y actos culturales como el cine y el teatro". "Por él pasaron grandes figuras de la música clásica, orquestas, arpistas, pianistas, violinistas o guitarristas, como Antonio Baciero, María Rosa Calvo-Manzano, Levente Kende e innumerables músicos de primera línea de España y el resto de Europa".

El público pudo ver a "los Niños Cantores de Viena, Lou Bennett, María Dolores Pradera, Nacha Guevara, Betty Missiego, Dyango, Atahualpa Yupanqui, Labordeta y muchos más", como rememora Ángel, sabiendo que "el Casino era un foco de cultura para la ciudad y la provincia".

Otro hito fue el libro "Jaca, dos mil años de historia", que publicó Domingo Buesa en 1982. "A su presentación vinieron Rafael Alberti y Nuria Espert. Yo los traje de Madrid", dijo el jaqués, que recuerda la reedición del Libro de la Cadena o el rodaje de cortometrajes entre los eventos memorables de la historia del Casino.

"En él se celebraron muchas clases de actividades: bailes, bodas, comuniones, bautizos, ordenaciones sacerdotales, reuniones políticas e incluso, despedidas de fallecidos", enumeró Ángel, que fue testigo del regreso de un matrimonio hispano-inglés, que "celebró sus 50 años de casados y recordó con emoción cómo se conocieron".

"El Casino es lugar de muchas anécdotas que no se pueden contar sobre grandes partidas, amores e incluso, algún disparo". "Lo peor fue el fallecimiento de dos socios: uno en la sala de lectura y otro en la sala de juego", lamenta el jaqués, cuya mayor satisfacción es "haber llegado a este sitio y haber conocido a gente tan buena y variopinta".

"A pesar de ser un sitio privado, el Casino siempre estuvo abierto a actividades del pueblo, colaborando con el Ayuntamiento, el Festival Folklórico de los Pirineos, el Centro de Iniciativa y Turismo, el Primer Viernes de Mayo, el Club Pirineísta Mayencos, el Club de Fútbol Jacetano, Acomseja, el Orfeón Jacetano, las peñas, las cofradías de Semana Santa, el Club Hielo Jaca, la AECC, Manos Unidas, Cruz Roja, Naxé, etc...".

Su trabajo le brindó "la ilusión de conocer a hijos de socios que son magistrados, jueces, fiscales, mandos militares, de la Guardia Civil o Policía, médicos, políticos o sacerdotes". En 2007, el espacio fue adquirido por el Consistorio con un derecho de uso de la primera planta por parte del Casino durante 20 años. A final de 2019, se cerró el edificio y sus socios se trasladaron al Casino Unión Jaquesa, "centro hermano que nos acoge con los brazos abiertos".

Sobre el Casino principal, Ángel cree que "hay que darle vida y convertirlo de nuevo en ese gran nido de actividad cultural", aunque reconoce que "hay problemas de seguridad" y que es necesario adecuar las instalaciones. "Me consta que nuestros políticos y técnicos lo intentan solucionar. Sería bonito ver cómo el edificio tiene la actividad que se merece. Para mí sería una gran alegría y espero que así sea".