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El Bar Teruel, 80 años como parte de Grañén

El establecimiento hostelero fue fundado en 1940 por Cristóbal Ocón y Miguela Andrés

El Bar Teruel, 80 años como parte de Grañén
El Bar Teruel, 80 años como parte de Grañén
M.B.

GRAÑÉN.- Casa de almuerzos y barracha antes del alba, lugar de encuentro y testigo de la evolución de un pueblo, el Bar Teruel, casi más conocido como Bar Ocón, sito en la calle Joaquín Costa, cumple ocho décadas como parte de la fisionomía grañenense prestando servicio a sus vecinos y a todo Aragón.

Hasta tres generaciones han pasado por la barra del Bar Teruel desde que sus fundadores, Cristóbal Ocón y Míguela Andrés abrieran sus puertas en septiembre de 1940.

El matrimonio eligió el nombre aludiendo al origen de dónde venían "si bien, también es conocido por Bar Ocón, por ser un apellido poco habitual en esta zona, mis abuelos llegaron de Rubielos de la Cérida, un pueblo de Teruel", explica su nieto y próximo regente del establecimiento. "En la actualidad, está a nombre de mi madre, María Jesús Domper que se jubilará próximamente". Mientras, María Jesús continúa abriendo sobre las 6 de la mañana y cerrando a la 1 de la noche. "En invierno algo más pronto, porque llevar un bar exige muchas horas de trabajo", señala la hostelera que dice que echará en falta a su trabajo diario. "Un trabajo que hago muy a gusto, pero ahora me dedicaré a mis nietos y seguiré viniendo, porque vivimos encima del bar", comenta.

También Pepe Ocón afirma que el bar le ha dado muchas satisfacciones. "Mis padres dejaron su pueblo por causa de la Guerra Civil y vinieron a Grañén donde ofertaban tierras de arrendamiento, pronto empezaron a vender naranjas y abrieron una tasca donde se vendía de todo", rememora Pepe sobre aquellos días del siglo pasado cuando los agricultores marchaban al campo. "Madrugaban mucho y mis padres se levantaban a las 4 para preparar la barracha que todavía conservamos, los almuerzos y ya estaba abierto todo el día".

Cuando Pepe Ocón tenía 15 años, sus padres decidieron que iban a cerrar el bar. "Mis hermanos mayores se iban a trabajar a Barcelona y yo estaba estudiando, así que deje mis estudios y me puse detrás de la barra", comenta.

Fue todo un emprendedor visionario que en 1975 inauguraba la discoteca Open Club en Grañén, un espacio pionero en el ocio juvenil. "Contratábamos espectáculos llamativos, de "destape", concursos de misses, pinchadiscos y grabaciones de televisión, por lo que venían muchos famosos", narra Pepe acordándose de las visitas de Manolo El del Bombo, amigo de su padre Cristóbal.

También acudió Silvia Tortosa, el grupo Lone Star y "Mari Carmen y sus muñecos, incluso estuvo Julio Iglesias que venía de actuar en Huesca y no quiso quedarse a dormir, por lo que se fue con un Simca 1.000 a Barcelona, cinco horas de viaje. Eran en aquellos tiempos", ríe Pepe contando aquella anécdota sobre el cantante y sobre la discoteca que cerró sus puertas en 2009. "Ahora es el tanatorio de Grañén que han abierto los Hermanos Alastrué, curiosidades de la vida", apunta.

De las crisis pasadas durante todos estos años, Pepe asegura que lo peor que le ha podido pasar al municipio fue el cierre de la lechera Ram y la actual crisis a causa de la pandemia. "Pero muy pronto mi hijo José Manuel y su esposa Ana tomarán las riendas y el Bar Ocón o Bar Teruel continuará abierto para todos los aragoneses y visitantes", asegura.

"Posiblemente es el bar que ininterrumpidamente lleva más años abierto de todo Aragón", destaca José Manuel, tercera generación que se estrenará el próximo mes de mayo en el establecimiento, que según sus clientes es un espacio donde se respira un buen ambiente, un trato impecable en su servicio y unas tapas extraordinarias. "Y como innovación desde mayo, ofrecemos una tapa sorpresa gratuita todos los domingos de 13 a 14 horas con la consumición", subraya José Manuel.

Productos de calidad, excelente servicio, agradable ambiente... sin perder el aroma de antaño pero siempre con un aire fresco, hacen de este lugar punto de encuentro y referencia obligada en Grañén desde hace 80 años, lo que es motivo de celebración y homenaje a toda la familia Ocón que durante ocho décadas y desde este lugar han dignificado el nombre de Grañén. Felicidades.