Laura Simón: "Hay que favorecer experiencias que sean inclusivas y participativas"

HUESCA.- La confirmación de que, por un lado, los niños, adolescentes y jóvenes con trastornos del espectro del autismo (TEA) tienen una insuficiente oferta de actividades físicas y por otro, que es escasa la formación específica de los instructores encargados de las mismas, fueron los factores que más influyeron en la decisión de Laura Simón de redactar una guía en la que se hacen diferentes propuestas para acabar con estas situaciones. En esta obra, que próximamente se presentará en Huesca, han colaborado María Pescador Vallés y Diego López Pueyo, de la Asociación Autismo Huesca; María de Luis Tello, autora de las ilustraciones, y Javier Serrano, de la Universidad de Zaragoza, que se ha encargado de revisar el documento.

"Apoyados en la literatura científica -explica Laura Simón-, se han identificado diez estrategias metodológicas para la implementación de actividades físico-deportivas para personas con TEA, en entornos deportivos como pueden ser la educación formal, las extraescolares, etcétera". Diez propuestas que ayudarán a reducir "la falta de formación en el profesorado, en los instructores de actividades físico-deportivas, para diseñar e implementar juegos o deportes para el alumnado con TEA". Diez estrategias que, asimismo, ayudarán a resolver el problema que supone que los niños, adolescentes y jóvenes con TEA tengan "unos niveles de actividad física inferiores a sus homólogos neurotípicos" a causa de "la falta de actividades programadas para ellos, que ante esta falta de oportunidades utilizan su tiempo con actividades sedentarias, por lo que presentan mayores niveles de obesidad".

Con la guía, pues, esta graduada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte ofrece a dichos profesionales "estrategias metodológicas efectivas para favorecer experiencias que sean realmente inclusivas, que sean participativas y que sean integradoras, y así mismo promocionar la actividad física en todas las personas".

En concreto, se plantean diez orientaciones que hay que tener en cuenta a la hora de diseñar e implementar estas actividades. Se recomienda, en primer lugar, "atender las características individuales" de la persona con TEA para adecuar sus necesidades a las actividades programables. También, "intentar tener un entorno físico estructurado, es decir tener un ambiente que sea predecible, que esté ordenado, que sea seguro, y preservar ciertas rutinas". Se aconseja, por otro lado, "tener apoyos visuales, lo que se conoce como accesibilidad cognitiva"; "utilizar un lenguaje que sea claro y conciso, evitando largas explicaciones y la ironía, los sarcasmos, porque son personas que tienen dificultad para comprender estas expresiones ambiguas"; "pautar descansos en las sesiones de deporte porque estas personas tienen un grado de fatiga física y mental mayor que sus homólogos neurotípicos", y "ser respetuosos y pacientes y darles tiempo para familiarizarse no solo con el espacio sino con el resto de personas con las que se va a trabajar". Añade Laura Simón que es también fundamental "darles posibilidades de éxito", "en la programación, enfatizar en los objetivos de relación social" y "simplificar las actividades, trabajando mediante circuitos, por ejemplo".