Lourdes Aso Torralba: "Con algunas historias sudo mucho pero me divierto siempre escribiendo"

HUESCA.- La escritora altoaragonesa Lourdes Aso Torralba ha recibido el segundo premio del LIII Concurso Literario del Casino Obrero Ateneo Cultural celebrado en la localidad salmantina de Béjar por su obra El taller, en un acto al que no pudo asistir debido a la situación sanitaria pero en el que participó de manera virtual con la lectura de este relato centrado en la historia de un artesano que arregla juguetes rotos y su relevo generacional.

Aso revela que le interesaba hablar de quien arregla los juguetes rotos y para ello investigó si había quien se dedicase a este oficio y, no fue fácil, "encontré uno en Estados Unidos". La escritora añade que esta idea no era suficiente porque "para escribir el relato necesitas más, así que añadí la trama del Holocausto, es decir, el juguetero recordaba un juguete perdido en un campo de concentración pero, por otro lado, le apetecía mucho dejar un relevo en la profesión; le va un niño a arreglar la rueda de un tren y después de mucho tiempo toma el relevo del taller".

En cuanto a este premio revela que está satisfecha y contenta porque "además, llevaba varios años intentando participar y no había manera y al final salió", manifiesta la autora natural de Castiello de Jaca.

En este sentido, indica que se siente feliz con cada uno de los premios y es que son ya más de cuatrocientos los reconocimientos que colecciona por sus distintas obras literarias. "Casi me da un poco de vergüenza decirlo pero con este sumo 410 y con todos me pongo igual de contenta", aunque destaca algunos que le han hecho especial ilusión como el de las enfermedades crónicas y el de farmacéuticos de Madrid. En cuanto al secreto del éxito apunta: "Yo siempre digo que es suerte porque nunca se sabe, puede dar mil vueltas hasta que un jurado lo valora positivamente".

En realidad, añade Aso, "estos reconocimientos los considero un segundo premio porque el primero lo obtengo cuando escribo y me divierto". Según asegura, "con algunas historias sudo mucho y se trata de un trabajo laborioso y costoso, pero me divierto siempre escribiendo porque cuando me siento a escribir me olvido de la vida real, porque lo que ocurre en el papel no pasa de verdad".