Sociedad
EN COLABORACIÓN CON FUNDACIÓN REY ARDID

¿Buscas una residencia en Huesca especializada en rehabilitación neurológica?

La Fundación Rey Ardid ofrece en su centro de la capital un nuevo servicio que basa su éxito en los principios de su modelo centrado en la persona.

Sonia Fernández, directora de la Residencia Rey Ardid Huesca, en las instalaciones del centro.
Sonia Fernández, directora de la Residencia Rey Ardid Huesca, en las instalaciones del centro.
Fundación Rey Ardid

Desde la Residencia de Mayores Rey Ardid Huesca trabajan con estancias permanentes y temporales que contemplan periodos de respiro del cuidador y rehabilitación. Desde su experiencia, han detectado la necesidad de incorporar un nuevo proyecto dirigido a personas con enfermedades en las que se ve afectado el sistema nervioso como Alzheimer y Párkinson o aquellas que han provocado un daño cerebral adquirido como puede ser un ictus.

Este programa pone el foco en la rehabilitación neurológica de los pacientes. Encuadran la atención según un modelo centrado en la persona, en el que el tratamiento se complementa con terapias no farmacológicas.

La personalización comienza en el momento de la llegada. "Cuando una persona se incorpora al centro, ponemos en marcha un programa de acogida del nuevo usuario con la finalidad de que el tiempo de adaptación a su nuevo hogar sea el más corto posible", cuenta Sonia Fernández, directora de la Residencia Rey Ardid Huesca. “Este proceso nos ayuda a conocer sus gustos, sus intereses y sus necesidades”, resalta.

Un equipo multidisciplinar será el encargado de esta valoración inicial desde la perspectiva de la fisioterapia, la terapia ocupacional, la enfermería, el trabajo social y la psicología. El resultado será un programa de atención y cuidado adaptado a cada usuario con estimulación cognitiva, sensorial y basal, rehabilitación física y neurológica y entrenamiento de actividades diarias.

La implicación del personal es importante. “Se necesita un correcto trabajo en equipo de todos los perfiles que trabajan en el centro para que todo funcione correctamente y repercuta en un mejor bienestar”, asegura.

Unidades de convivencia

Persiguiendo plasmar su modelo de asistencia basado en la persona con la mayor calidad posible y atendiendo a los ancianos como seres únicos, valorando su singularidad y con el derecho a tener el control de su propia vida, han decidido crear cinco unidades de convivencia.

“Son pequeñas microrresidencias que se forman dentro del centro que permiten crear un entorno hogareño y familiar donde conviven grupos reducidos de personas con necesidades similares”, explica la directora sobre unos espacios con habitaciones, una sala de estar y un comedor independientes. En ellas siempre está el mismo personal de referencia. “Esto permite que el residente se encuentre seguro y en un ambiente de confianza”, argumenta.

Las unidades de convivencia también tienen presente el establecimiento de vínculos más estrechos y la socialización para evitar la soledad. “Fomentamos el envejecimiento activo y muchas de las actividades que organizamos son grupales, lo que fomenta las relaciones sociales”, concluye Fernández.

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