La autonomía personal, un reto esencial para Arcadia
El Programa Residencial de la entidad oscense atiende a más de medio centenar de personas con enfermedad mental grave.
ARCADIA continúa su apuesta por la atención personalizada y, en ese aspecto, ocupa un lugar destacado la autonomía en el área de vivienda. Para ello cuentan con un amplio Programa Residencial, que atiende a más de medio centenar de personas con enfermedad mental grave.
El proceso de rehabilitación psicosocial pasa por un proyecto de vida de los usuarios en el que, además del trabajo y la red social, la vivienda y la posibilidad de vida independiente ocupa un lugar importante en la recuperación. Para ello, Arcadia cuenta con varios domicilios: cuatro pisos supervisados, que, según explican las responsables del programa Marta Larraz y María Jesús García “son los que conllevan una supervisión intensiva, de plazas concertadas con el Gobierno de Aragón”; cuatro apartamentos independientes, que “es el punto medio entre el piso supervisado y el apoyo domiciliario puntual, es decir, el contrato está a nombre de la fundación, pero la intervención es mínima, con una visita o dos al mes, porque es la persona la que tiene que hacer todo siempre con un acompañamiento”; y, por último, existe toda una función de apoyo domiciliario que es el último paso para la independencia total, “donde, -indica María Jesús-, la persona tiene su contrato de alquiler y solo se le da apoyo si lo necesita, cuando hay un desperfecto, problemas con la comunidad o algún tipo de papeleo que deban hacer”.
Todos ellos son pisos alquilados en la capital altoaragonesa a particulares, “cosa que no es fácil”, apuntan las responsables de este área. Y es que además de los problemas del mercado inmobiliarios oscense, de precios altos y poco donde elegir, se suma que hay muchas reticencias y estigmas. “Hay quejas de la comunidad que si no supieran que son usuarios de Arcadia no las habría, por ejemplo”, apunta Marta.
“Otro de los problemas que nos estamos encontrando, que se ha incrementado en los últimos años, es la falta de ingresos. Cada vez los usuarios son más jóvenes y no cuentan con ninguna retribución, ni subvención, ni salario, ni apoyo familiar... nada, por tanto, se complica el acceso a una vivienda”, señalan.
Así se concibe una lista de espera para estas viviendas, ante lo cual subraya María Jesús que “si tuviéramos más pisos seguiríamos teniendo lista de espera”. A ellos se puede llegar por distintos procedimientos. “Puede ser que sea por indicaciones del especialista para la recuperación del usuario o puede ser que sea un acuerdo por parte del equipo multidisciplinar de Arcadia, que se encarga de evaluar a cada usuario de manera individual para trabajar su rehabilitación psicosocial”. Desde Arcadia hacen hincapié en la necesidad de estas valoraciones, en las que se reúnen los responsables de todas las áreas de la entidad porque dicen “en la mayoría de los casos, los usuarios están en varios programas, ya sea el del taller de empleo, viviendas o Centro de Día”.
Y es que acompañar a cada una de estas personas con enfermedad mental grave para su recuperación es su prioridad y para ello, además de la supervisión, se dan pautas de convivencia porque “al final son cuatro o cinco adultos compartiendo pisos, algunos incluso tienen que compartir habitación, y la convivencia no siempre es fácil, por eso, apostamos por la comunicación”.
Noticia financiada por ARCADIA gracias al Proyecto financiado en la Convocatoria de subvenciones para la financiación de proyectos para la prevención de situaciones de dependencia y promoción de la autonomía personal de entidades sociales sin ánimo de lucro del Departamento de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón.
