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El PAR celebra que “las protestas” acaben con los peajes

El PP, por su parte, critica que es el “paso previo al pago generalizado” por utilizar las autopistas

Jesús Guerrero, portavoz del PAR en las Cortes
Jesús Guerrero, portavoz del PAR en las Cortes
S.E.

La liberalización de la AP-2, que tendrá lugar este miércoles tras más de cinco décadas de concesiones, fue uno de los temas principales en la sesión de este lunes de las Cortes de Aragón.

El portavoz del PAR en el hemiciclo, Jesús Guerrero, manifestó que el fin de los peajes en la autopista Zaragoza-El Vendrell es “una excelente noticia para Aragón y que nos hace muy felices a las gentes del Par”.

Guerrero puso en valor que “las protestas de alcaldes, transportistas, usuarios, partidos políticos y sociedad en general ha culminado en la esperada y necesaria liberalización para disminuir los siniestros y acabar con el imparable y doloroso goteo de muertos”.

Además, recordó que su partido “siempre ha estado empujando para que el Ministerio de Fomento liberalizara la AP-2 como la manera eficaz para frenar la siniestralidad en los tramos carreteros de mayor peligrosidad de Aragón”, añadiendo que, “afortunadamente, entre todos lo hemos hecho posible”.

Por último, comentó que el PAR “introdujo diez millones en los Presupuestos del Estado de 2018 para liberalizar el peaje de la AP-2 entre Zaragoza y Fraga y solucionar los problemas de siniestralidad que se registran en la carretera N-II”.

Por otro lado, su homólogo popular, Joaquín Juste, afirmó que “el fin del peaje en determinados tramos de autovías es el paso previo al pago generalizado por utilizarlas”. Según Juste, portavoz de Vertebración del PP en el Parlamento aragonés, esta medida provocará un “tremendo coste añadido” a los conductores aragoneses y a las empresas, que “con el precio de la gasolina por las nueves, ya soportan una carga exagerada”.

El diputado advirtió que la comunicación de las tres provincias aragonesas a través de la A-23, la conexión del nudo de Zaragoza con Madrid y Barcelona mediante la A-2, o de la capital aragonesa con Logroño por la futura A-68, significará que para moverse fuera de Aragón habrá que “pagar peaje”.

“De hecho hay algunas partes del territorio donde no existe carretera alternativa a las autovías, o las únicas que hay son tramos de las antiguas nacionales cuyo mantenimiento hace años que quedó olvidado por el Gobierno de España”, añadió.

Además, consideró que tampoco las vías de titularidad autonómica constituyen una alternativa “segura y fiable” para los conductores aragoneses después de que en los últimos cinco años los presupuestos para carreteras de la consejería responsable se hayan mantenido por debajo de lo que se invertía en 2015.

El resultado, remarcó, es que las carreteras que transcurren por Aragón están catalogadas entre las peores de España según los dos últimos informes publicados por la Asociación Española de la Carretera.