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COOPERACIÓN

Hana Jalloul: "Si la recuperación es justa, tiene que llegar a todos"

Secretaria de Política Internacional y Cooperación al Desarrollo del PSOE llama a la cooperación y a hacer visibles los conflictos armados

Hana Jalloul ha visitado estos días la provincia de Huesca.
Hana Jalloul ha visitado estos días la provincia de Huesca.
J.S.

De padre libanés y madre altoaragonesa, Hana Jalloul (Zaragoza 1978), secretaria de Política Internacional y Cooperación al Desarrollo en la Ejecutiva Federal del PSOE y diputada presidenta del grupo en la Asamblea de Madrid, reparte su corazón y su activismo entre Oriente Próximo y la provincia de Huesca. Y este compromiso ha sido, precisamente, el que le ha traído de regreso a tierras altoaragonesas. Fue este martes, en Sabiñánigo -donde creció y vive su tía- para la inauguración de la exposición de la asociación aragonesa Arapaz-MPDL (Movimiento para la Paz, el Desarme y la Libertad) sobre la iniciativa “Jabones naturales para cambiar el mundo”.

Resume su papel en esta organización humanitaria haciendo suyas unas palabras del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero: “La paz es la tarea”. Trata así, junto a ésta y otras organizaciones de “dar visibilidad y trabajar para fomentar iniciativas que ayudan además, en este caso, a muchas mujeres”.

El proyecto que la ha traído a Sabiñánigo se desarrolla con un grupo de mujeres sirias viudas refugiadas en El Líbano y en el que colabora la Diputación Provincial de Huesca. Esta muestra, en la que participa también el Ayuntamiento de la localidad, pudo verse en el edificio de Las Escuelas hasta este pasado sábado, antes de su regreso a Huesca.

“Creo que es importantísimo dar visibilidad al conflicto libanés y al conflicto sirio. Al sirio porque todavía no tienen la solución. Ha habido un desplazamiento de personas muy importante, muchos millones de muertos. Todavía hay problemas con las milicias yihadistas que están ahí, tanto de corte suní como chií. Y eso ha supuesto que haya muchos refugiados en Turquía, en el Líbano, en Siria y en otros países europeos”, señala Jalloul.

Al conflicto armado, añade a continuación, se suma el peso demográfico -El Líbano es un país con cuatro millones de habitantes, además de dos millones de sirios refugiados- junto a la continua devaluación de la moneda, el hambre, la falta de recursos básicos como la electricidad, el gasoil y los medicamentos. Las ayudas no llegan como deberían y a todo ello se une además el problema de la covid.

Una realidad con la cual Jalloul ha estado en contacto desde muy joven por su ascendencia libanesa, lo que le ha llevado también a visitar la mayor parte de los campos de refugiados palestinos en el país. “Ahí también trabajan las organizaciones internacionales y tengo una vinculación muy estrecha con todo el tema de los refugiados desde mi juventud”, señala Jalloul.

Y añade: “Tenemos que seguir denunciando, denunciando y denunciando para que la gente sepa que hay muchas personas que están sufriendo”. Hace por eso un llamamiento a la solidaridad internacional, además de a los medios de comunicación para que se hagan eco de esta realidad, porque, como dice, “lo que no se cuenta no existe”.

“No nos podemos olvidar de la vida de millones de personas que sufren, millones de personas que no tienen la culpa de estas guerras tan cruentas”, añade Jalloul, insistiendo en la importancia de la visibilidad, “cuando nos preguntamos por qué hay refugiados, es porque cualquiera en la situación de estas personas con hijos haría lo que fuera para salvarles”, asegura.

Regreso a Jánovas

La misma pasión que pone para hablar del grave problema de los refugiados la pone también cuando habla de la que considera su tierra. “Me siento más del Alto Pirineo”, dice con una sonrisa, a pesar de haber nacido en Zaragoza.

Y es que, además de haber crecido en Sabiñánigo, su madre, originaria de Lacort (núcleo de Fiscal) fue la última maestra que tuvo Jánovas antes de la marcha de sus vecinos para la construcción de un pantano que nunca se llevó a cabo. “Tuvo la fortuna de estudiar en Francia, en Burdeos, y era una mujer muy preparada para aquellos tiempos”, afirma.

Como relata, la reversión de las tierras a la familia de su madre se realizó hace dos años, “fue muy emotivo porque la familia se destrozó en gran parte”, explica. “Mi abuela nunca logró verlo en vida y mi tío, que sufrió mucho, bajó de Jánovas con más de 30 años, incluso puede que ya con 40, a Zaragoza, y en ese momento ya no tienes una profesión, no tienes nada, trabajabas en el campo y allí estaba tu casa, tu tierra, tu todo...”, relata Jalloul.

“Fue un drama y un trauma a esa edad. Para él y para muchas familias. No pudo ver en vida esto que fue su sueño, lo luchó hasta el final y de hecho fue de los pocos vecinos que se quedó más de dos años solo viviendo en el pueblo una vez pasada la expropiación”, añade.

País de “oportunidades”

Ahora, tras la reversión de las tierras, “mucha gente está volviendo”, como ha sido el caso de uno de sus primos. “Ya son nuestras tierras. Hemos tenido que pagar para recuperar casas caídas y escombros, pero sigue siendo nuestra tierra, estamos muy emocionados”, asegura Jalloul. Un ejemplo más de la llamada “España vaciada”, que vuelve a llenarse, pero que ella prefiere llamar “la España de las oportunidades”.

“Flexibilizar el mercado”

“España está llevando a cabo ahora una recuperación económica importante, justa, verde...”, asegura. “La economía está creciendo, se está invirtiendo mucho en estos proyectos, en la denominada ‘España vaciada’ -que no sé si está muy bien denominada- en la descentralización, con más de 150 medidas en este sentido para las zonas más despobladas y un gran proyecto de banda ancha que está llegando a todos los lugares de España”, asegura Jalloul. “Y si la recuperación es justa, tiene que llegar a todos los sitios”, subraya.

Considera así importante la flexibilización del mercado laboral, con el fin de conseguir mayores oportunidades para todos. “Hay profesiones que ni siquiera los españoles queremos ejercer y no se trata de darles a los migrantes algo que no quieren hacer o que no queramos hacer nosotros, sino de que hay gente que le gustaría trabajar en un pueblo donde haya oportunidades e incluso en la ciudad”, añade.

Así, en su opinión, “no podemos querer solo a los migrantes cuando nosotros no podemos llegar a todo. Tenemos que reconocer su valor y su trabajo. Eso son políticas inteligentes de actividades de inclusión sociolaboral en los que ellos tienen una vida digna, como toda persona y encima cotizan como cualquier otro español”, subraya Jalloul.