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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Cinco años después... la primera familia que se instaló sigue en Salas Altas

#CONTRALADESPOBLACIÓN

La familia con cuatro hijos cuando llegaron hace cinco años a Salas Altas.
La familia con cuatro hijos cuando llegaron hace cinco años a Salas Altas.
S.E.

David Reyes y Nuria García con sus cuatro hijos fue la primera familia que llegó al Somontano, el 14 de noviembre de 2016, gracias al programa ‘Pueblos Vivos’ por iniciativa de Ceder Somontano y la Comarca. Los tres hijos pequeños fueron a la escuela de Salas Altas al día siguiente y la familia inició una vida muy diferente al de Armenteros (Murcia) que tiene 32.000 habitantes.

Se convirtieron en nuevos pobladores de la localidad que tenía 305 vecinos y una docena de alumnos en la escuela, en la etapa de Inma Subías al frente del Ayuntamiento que les cedió una vivienda de propiedad municipal situada en la misma casa donde está la escuela. David y Nuria se enteraron que Salas Altas también existía por Internet: “Solicitamos información y nos dirigimos al Ayuntamiento donde enviamos la solicitud con respuesta positiva. Explicamos la situación familiar, yo tenía una minusvalía del 58 %, mi mujer trabajada a todas horas y nos quedaba poco tiempo para la vida social con cuatro hijos. Trabajo y casa eran los aspectos básicos en nuestra vida en Armenteros”.

Así lo contaron en su primera entrevista publicada en las páginas de DIARIO DEL ALTOARAGÓN, el 14 de noviembre de 2016. Cinco años después, David lo rememora mientras atiende a los clientes en el kiosco de la ONCE próximo al Centro de Salud, en la calle Saint Gaudens, en Barbastro. Hace menos de dos meses que trabaja en este puesto y de los nuevos pobladores llegados al Somontano gracias al programa ‘Pueblos Vivos’, es el primero que se incorpora a la Once.

“La gente es muy amable, la acogida ha sido buena y he tenido suerte de este kiosco donde ya estuvieron el señor Jal y después Miguel Ángel Sanz, el decano de vendedores locales por lo que me han contado. Su jubilación me ha permitido esta posibilidad porque buscaba trabajo tras mi etapa en Somontano Social donde he estado muy a gusto. Me abrieron las puertas al llegar a Salas Altas”, recuerda mientras vende cupones.

De su llegada al pueblo rememora: “Antes de elegir Salas Altas lo pensamos durante un mes, fuimos al pueblo para conocerlo y nos gustó mucho el ambiente que apreciamos con calidad de vida y tranquilidad, nos dio la sensación de estar en medio de una gran familia. Nos gustó y desde el primer día que llegamos somos felices. El último hijo es aragonés. No tenemos queja, nos hemos adaptado muy bien”.

“El ambiente es muy familiar -continúa-, los hijos van al colegio y el mayor al IES Argensola en Barbastro, mi mujer trabaja en el Hotel San Ramón y ahora estreno un nuevo trabajo y se me da bien después del curso que hice en Zaragoza. No es una tarea muy complicada. En términos de la Once he tenido suerte y espero que la dé a los clientes, hasta ahora el premio máximo que he dado es de 20 euros pero llevo pocos días aquí”.

Cinco años más tarde, “es una experiencia muy agradable vivir en Salas Altas y residir en el Somontano. Creo que tenemos la vida hecha y echada aquí. Desde que llegamos al pueblo, han venido nuevas familias y es muestra de que es un lugar ideal para vivir tranquilo y si tienes niños, mejor. Te digo lo mismo que hace cinco años, esto no tiene precio, el cambio ha sido grande, apenas conocíamos Salas Altas y nos consideramos de casa”.