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OJO AVIZOR

Arquitectura románica en peligro de desaparición y cada vez más aislada a causa de la despoblación

La iglesia de Morrano entró la semana pasada en la Lista Roja del Patrimonio español, sumando 43 bienes en riesgo en la provincia

Estado actual de la iglesia de Morrano en la comarca del Somontano, cerrada al culto desde el año 2016.
Estado actual de la iglesia de Morrano en la comarca del Somontano, cerrada al culto desde el año 2016.
Hispania Nostra

El arte románico del Alto Aragón se está quedando cada vez más aislado. La despoblación está actuando como un virus que ataca a las partes más frágiles de la sociedad. Las poblaciones, los oficios, los caminos, las edificaciones… Todo lo que antaño tuvo lustre, ahora está en riesgo de desaparición debido a su constante abandono.

La semana pasada se dio a conocer que la Lista Roja del patrimonio español, creada por la asociación española sin ánimo de lucro Hispania Nostra para recoger aquellos elementos del patrimonio cultural español que se encuentren sometidos a riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores, incluía un nuevo monumento altoaragonés.

La iglesia de San Pedro Apóstol de la localidad oscense de Morrano se sumó a los 42 bienes patrimoniales de la provincia que forman parte de esta Lista Roja. Cerrada al culto desde 2016 debido a la caída de parte de la bóveda central sobre su interior, “su estado de conservación no ha hecho más que ir a peor en los últimos años”, remarcó Alfonso Muñoz Cosme, miembro de Hispania Nostra, arquitecto y exdirector del Instituto de Patrimonio Cultural de España.

“Ha sufrido desprendimientos en las bóvedas nervadas y la torre está en muy mal estado”, advierte el arquitecto, que urge en la realización de un análisis del estado de conservación del templo, levantado en el siglo XI que aúna las disciplinas artísticas románica, barroca y mudéjar.

La Diócesis de Huesca cuenta con 214 iglesias, más las que pertenecen a las Diócesis de Jaca y Barbastro-Monzón, ya que “cuanto más al norte se viaja, más románico se encuentra”, sostiene José María Nasarre, delegado Patrimonial de la Diócesis de Huesca.

Por ello, Nasarre incide en que la despoblación provoca una falta de recursos sistemática. Sostiene que es “inviable” el mantenimiento en perfectas condiciones de todos los bienes patrimoniales y llama a “aunar voluntades” por parte de las instituciones y ciudadanos para sumarse a la labor de conservación.

Este es uno de los objetivos de Hispania Nostra. Uno de los principios fundamentales de la asociación es que “cualquier persona o asociación puede dar la voz de alarma”, indica Muñoz Cosme. A partir de aquí se realiza una evaluación administrativa y científica para determinar que este bien patrimonial está en peligro para que la Administración o los propietarios emprendan acciones de intervención.

“Somos profesionales que trabajamos voluntariamente por amor al patrimonio e intentamos ayudar a las personas a reconectar con su propia historia”, añade el exdirector del Instituto de patrimonio Cultural de España.

Más peligros

Alrededor de toda la provincia existen numerosos bienes patrimoniales incluidos dentro de la Lista Roja. En el término de Graus, la ermita de Santa Clara en Puycremat ha sufrido la falta de uso y abandono, lo que le ha llevado a padecer humedades y una grieta en el ábside que ha provocado un desplazamiento en el muro. “Si no se repara, seguramente irá creciendo y pondrá en peligro la estabilidad del edificio”, apunta Muñoz Cosme. La falta de cuidado y mantenimiento al menos una vez al año de estos edificios produce filtraciones de agua. Esto acaba generando desprendimientos en los muros y la techumbre. Las aves o el granizo pueden desplazar las tejas y, una vez que sucede esto, crece la vegetación, agrandando el daño y degradando la construcción.

Esta problemática se repite la iglesia de Nuestra Señora de los Ángeles de Arbaniés, donde han proliferado grietas en el ábside y en la nave, que están afectando severamente a las pinturas murales que pertenecen a la iglesia primitiva. “Requiere una intervención inmediata porque, si no se ataja, terminará por perderse”, señala el arquitecto.

Alrededores de la iglesia de San Bartolomé, en la localidad de Larrosa.
Alrededores de la iglesia de San Bartolomé, en la localidad de Larrosa.
Antonio García Omedes

Finalmente, la iglesia de San Bartolomé de Larrosa sufre las consecuencias directas de la despoblación. “Es lo que llamamos ruina por abandono”, advierten desde Hispania Nostra, ya que ha dejado de tener uso, no se mantiene y no cesa su degradación. Ha perdido la cubierta de la nave central y queda el ábside con la arquería externa de arcos lombardos, pero el cuerpo principal y los muros están prácticamente caídos. “Lamentablemente, son los casos frecuentes porque, si un edificio deja de usarse, no se mantiene”, remarcó el arquitecto.

Estos edificios son ejemplos patológicos que podrían atajarse con una intervención sencilla que no requiere grandes inversiones. “Huesca es muy rica en arquitectura románica y perder estas infraestructuras significa empobrecernos como sociedad. El turismo e inversión rural puede revertirlo, mejorar nuestra calidad de vida y conseguir un activo para el futuro”, sentencia el exdirector del Instituto de Patrimonio Cultural de España.