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OJO AVIZOR

San Hilario de Buira, San Martín de Terraza o Santa María de Belsué han consumado su restauración

Un total de nueve bienes patrimoniales han dado el paso a la Lista Verde y han recuperado el culto

La iglesia de Santa María de Belsué en la sierra de Guara, originaria del XI.
La iglesia de Santa María de Belsué en la sierra de Guara, originaria del XI.
Antonio García Omedes

Este viernes comenzó la retirada, piedra a piedra, de las piezas de la fachada de la iglesia de Castarlenas, que se trasladaron al Espacio Pirineos de Graus, donde formarán parte de una exposición. Esta edificación está al borde de la ruina y expertos y asociaciones reivindicaron que al menos se rescate su portada renacentista. Finalmente, una campaña ciudadana consiguió poner en marcha la iniciativa.

Para este templo ha sido demasiado tarde, pero otras iniciativas ciudadanas, que recordemos es la base de la fundación Hispania Nostra, han conseguido la recuperación de múltiples bienes patrimoniales de la provincia.

En concreto, nueve del territorio altoaragonés han conseguido dar el paso de la Lista Roja a la Lista Verde. Esto significa que los bienes que se encontraban en riesgo de desaparición han sido intervenidos y han superado la evaluación científica. Incluso algunos han recuperado los ritos, usos habituales y recorridos turísticos, por lo que han vuelto a obtener un buen estado de conservación.

Es el caso de la iglesia de San Esteban de Villarué, que afrontó una rehabilitación de toda la estructura y cimentación. Apuntalada en sus muros, la edificación estaba en serio peligro de hundimiento. Estas reformas han permitido que se reabra de nuevo al público y se recuperen los cultos como iglesia.

“Recuperando los edificios puedes conseguir devolverle a la comunidad parte de su vida y sus costumbres ”, subraya Alfonso Muñoz Cosme, miembro de Hispania Nostra y exdirector del Instituto de Patrimonio Cultural de España.

La iglesia de San Hilario de Buira en 2005, antes de su intervención.
La iglesia de San Hilario de Buira en 2005, antes de su intervención.
Antonio García Omedes

Criterios de intervención

La iglesia de San Hilario de Buira y la ermita de San Martín de Terraza estaban “a punto de colapsar”, recuerda el arquitecto. Los habitantes de Buira habían perdido ya gran parte de la cubierta de la iglesia. Por su parte, la ermita estaba en muy mal estado, con vegetación en las cubiertas, próximas al hundimiento. Ambos Ayuntamientos llevaron a cabo sendas intervenciones que consiguieron la estabilización de las estructuras, pese a que quedó pendiente la recuperación del interior.

Los criterios de intervención de las infraestructuras varían mucho de un caso a otro. Se fundamentan en no llevar a cabo “reconstrucciones fantasiosas”, advierte Muñoz Cosme, sino mantener el edificio histórico “tal y como ha llegado hasta nuestros días”. Al mismo tiempo, también se puede añadir algún elemento de lenguaje contemporáneo para “facilitar el regreso de sus costumbres”, siempre respetando la infraestructura como testimonio histórico.

En cuarto lugar, la iglesia de Santa María de Belsué es una iglesia que se encontraba en la Lista Roja desde el año 2008. Sus cubiertas estaban hundidas, su interior lleno de vegetación y parte de la bóveda en peligro de caída.

La Diputación de Huesca y el Ayuntamiento de Nueno llevaron a cabo las obras. Consolidaron la bóveda y mantuvieron la estabilidad de la infraestructura. Lamentablemente, la cubierta es “irrecuperable”, indican desde Hispania Nostra, pero se han recuperado los muros, es visitable y no corre peligro.

“Los edificios no son lo importante, lo importante son las personas, y si la arquitectura sirve para que puedan utilizarla y servir como elemento de desarrollo social, entonces nuestro trabajo habrá valido la pena”, concluyó Alfonso Muñoz Cosme.