Una variante hacia el “progreso” con la que Liesa se ha librado del tráfico

"A MÍ ME SABE mal porque los de Liesa siempre te invitaban a algo. Parabas al pasar, hablabas...” Esto es lo único que echa en falta Roberto Zapater, agricultor y ganadero de Ibieca, tras la construcción de la variante de la HU-V-3311, que califica como “una maravilla”. Esta vía evita el paso por el corazón de Liesa, donde una curva junto a la iglesia forma prácticamente un ángulo recto y suponía un riesgo, especialmente con los vehículos pesados. Y no era la única. Ahora, con esta mejora, se ha abierto una vía más de acceso al sur de la Sierra de Guara, que antes no se contemplaba.

Algunos vecinos de Liesa añoran ver cierto trasiego de vehículos, pero la realidad es que la construcción de esta circunvalación ha eliminado también el peligro en el parque situado junto al antiguo trazado, donde apenas juegan niños en el día a día porque ahora prácticamente ya solo queda uno, aunque los fines de semana son más. Así lo explica Vanesa Almazán, una zaragozana de 44 años que llegó a esta localidad de la Hoya de Huesca por su marido Óscar Bescós, ganadero de ovejas que ha apostado por quedarse en su pueblo. Pero no son muchos, entre 20 y 25 vecinos a diario, aunque en días festivos y épocas vacacionales la población aumenta.

Pablo Segura

Laura Ayerbe

Esta es una de las obras, impulsadas por la Diputación Provincial de Huesca, para mejorar los accesos a pequeñas localidades, que muchas veces marcan un antes y un después. Y así ha sucedido en Liesa, ya que ahora los vecinos ya no tienen los riesgos de que pase el tráfico por la puerta de sus casas.

La variante de Liesa, que ya está en servicio, se licitó por algo más de 830.000 euros, para construir un trazado de 1,3 kilómetros, que incluye un puente sobre el barranco del Rija. Pero no es la única calzada en la que ha intervenido la Diputación Provincial, que mantiene 1.500 kilómetros de carreteras, 500 de titularidad provincial y el resto vías municipales. Además, se han invertido 1,2 millones de euros en el acceso a Nocito desde el puerto de la Manzanera, donde tras el paso de Filomena, los vehículos que retiraron la nieve generaron erosiones que se agravaron con el deshielo posterior.

También se ha trabajado en los accesos a Lamiana y Revilla desde la carretera que va hasta Tella, en la comarca de Sobrarbe, con un presupuesto de licitación de 214.183,15 euros. Otras de las partidas, que igualmente están ejecutadas, son los 414.471 euros licitados en Peralta de Alcofea y Lagunarrota y el más de un millón de euros para el acceso a Eresué, en Sahún.

“Hay vecinos que echan de menos que no entre nadie. Si hubiera negocios, como sucedió en Angüés con la autovía, sería diferente, porque perderían clientes, pero aquí no hay ni panadería, ni bar...”, comenta Vanesa Almazán, que se dedica al sector de los riegos en la zona de Monzón y gran parte de los días puede hacer teletrabajo.

“La circunvalación la han notado sobre todo los transportistas, que vienen a Ibieca o a Aguas a traer cereales, abonos, piensos... ”, asegura Roberto Zapater, que se crió en Ibieca y es descendiente de una familia que se ha dedicado a la tierra. “Mi hermano y yo salimos a trabajar fuera, pero hubo un momento en el que los dos decidimos volver para seguir con todo esto”, comenta. Ahora, combinan la tierra con las granjas. Aunque Roberto vive en Huesca, sus hijas de 20 y 16 años han pasado los fines de semana y las vacaciones en el pueblo, donde ahora ya no quedan niños. “Solo hay gente mayor y poca”, indica, mientras apunta que la mujer más joven de los matrimonios que viven allí es quinta suya, de 1968.

No obstante, ha aumentado la población con la llegada, por ejemplo de un joven fragatino de 29 años, Ender Forcadell, que ha alquilado una casa y desde allí hace su trabajo de repartidor y disfruta con su bicicleta de un entorno privilegiado, en el que se erige la iglesia románica de San Miguel de Foces. Tanto es así que hoy, por superar los 101 vecinos en el censo, en lugar de tres tomarán posesión cinco concejales en el ayuntamiento.

“La agricultura y la ganadería, sobre todo la extensiva, se está abandonando por las políticas que hay y la gente solo quiere vivir del turismo o de otras actividades. Muchos pueblos acabarán siendo de segunda residencia”, lamenta Roberto Zapater, mientras hace un alegato en defensa del sector primario, que cree que está muy denostado.

“No hay mayores ecologistas que los agricultores”, sentencia, en alusión a que cuidan un territorio en el que tiene que haber “progreso”. “Todo progreso es bueno -recalca en referencia a esta circunvalación-, aunque entiendo que al que le toca una propiedad... Pero hay que hacerlo para mejorar los accesos a todos los pueblos”, defiende.

Vanesa llegó a Liesa con muchas ganas de hacer actos y dinamizar la localidad desde la Asociación de Amigos de Liesa. Aunque ahora ya no sigue al frente, organiza actividades en Siétamo de forma altruista. Hoy mismo comenzará con un taller de modelaje de voz, canto e iniciación a la guitarra, de 19.00 a 21.00 en la Casa parroquial de Siétamo. Además, entre semana, ofrece clases de informática en la biblioteca, de 19:30 a 21:00. En este caso, y en función de su trabajo, quedan un día u otro según su disponibilidad. Todo ello porque Vanesa quiere un “territorio vivo”, donde sus habitantes puedan desarrollar actividades. Y, para ello, la circunvalación era necesaria