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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Higos ecológicos y aceite “de Dios”, el triunfo del emprendimiento femenino

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Francisca Iglesias, de pie, presenta el diálogo sobre emprendimiento rural liderado por mujeres.
Francisca Iglesias, de pie, presenta el diálogo sobre emprendimiento rural liderado por mujeres.
Verónica Lacasa

De una pequeña explotación de higos ecológicos en un pueblecito de Cáceres al oro líquido de Cataluña embotellado bajo la marca Priordei (Primero de Dios), en la tierra del Parque Natural de la Sierra de Montsant, en la comarca tarraconense del Priorat. El emprendimiento rural liderado por mujeres se extiende a lo largo y ancho de la geografía española, como quedó acreditado esta semana en Huesca, en la conmemoración del Día Internacional de las Mujeres Rurales (15 de octubre), que celebró Fademur por adelantado en la capital oscense.

El encuentro de 700 mujeres de distintos puntos del país sirvió para poner de manifiesto la capacidad y el talante emprendedor de la mujer. En una de las primeras mesas redondas de la jornada, varias emprendedoras explicaron sus proyectos empresariales ante un auditorio abarrotado.

La presidenta de Fademur Almería, Francisca Iglesias, fue la encargada de moderar este primer “diálogo rural feminista” en el que se habló de las buenas prácticas de desarrollo rural llevadas a cabo por mujeres en Extremadura, Valencia, Cataluña o Galicia, entre otras comunidades autónomas.

“Estas mujeres han conseguido transformar una idea en una realidad y convertir esa realidad en un proyecto de vida”, dijo Francisca Iglesias para presentar a las invitadas.

Desde Villanueva de la Vera, una localidad de poco más de 2.000 habitantes de la provincia de Cáceres, llegó Belén Delgado, una empresaria que contó cómo la tierra le “salvó la vida”.

En 2019 vivía en la ciudad, donde dirigía una empresa con “más de 200 empleados y tiendas por toda España”. Pero, “en el momento de la cresta de la ola llegó un tsunami que me arrasó”, reveló.

Buscó refugio en su tierra y compró una pequeña explotación de higos, que ha levantado de cero y a la que está dedicada en cuerpo y alma, creando una marca a través del producto ecológico que está desarrollando. “La tierra me salvó, literalmente”, confesó.

María Amparo Martínez eligió por “voluntad propia” ir a vivir al medio rural. Esta emprendedora contó cómo el pueblo valenciano que sus padres escogieron como destino de vacaciones se ha convertido en su hogar. Lleva doce años y está “encantada” con sus naranjos, afirmó.

“Piso campo todos los días, la clave está en buscar el valor añadido a nuestros productos y darles el precio que se merecen”, advirtió.

También se metió de lleno en el emprendimiento y transformó el pequeño negocio familiar de aceite en un proyecto vertebrador, Ana Martí Abella, una empresaria catalana orgullosa de sus raíces y de su producto, que consideró “el mejor del mundo”.

“La familia llevaba más de doscientos años produciendo aceite, pero en 2006 fuimos más allá y nos lanzamos a hacer toda la cadena de producción, desde la recogida, hasta el envasado y comercialización de nuestro producto”, explicó. El resultado de su trabajo es Priordei, nombre de la marca del aceite de oliva virgen extra que producen en la comarca del Priorat.

Los higos ecológicos de Cáceres, los naranjos de Valencia o el aceite catalán son solo tres ejemplos del triunfo del emprendimiento rural femenino