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Ángel Samper: “Hay que regular. La apuesta siempre ha sido Biscarrués, pero lo de menos es dónde”

El consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación pide que la encuesta sobre la presencia del lince se haga entre los habitantes del territorio

Ángel Samper, consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación.
Ángel Samper, consejero de Agricultura, Ganadería y Alimentación.
Javier Navarro

¿Cuáles han sido sus primeras acciones en estos casi cuatro meses al frente del Departamento de Agricultura, Ganadería y Alimentación?
—La línea de actuación que vamos a tener en la consejería es poner en valor la alimentación, porque había una laguna en la apuesta presupuestaria. Hay muchos discursos de que hay que apoyar a los pueblos, se ha dicho mucho sobre el problema de la despoblación, pero no había una respuesta directa con lo que es la consignación presupuestaria. Hemos conseguido elevar un 40 % de fondos propios. En 2023 había consignados de fondos propios en torno a 55 millones y ahora hay en torno a 77,5. Con todo y con eso, es muy poco el dinero, con los problemas que hay, dedicado a la agricultura y al medio rural. Hay que elevar la alimentación al nivel que le corresponde, al de la sanidad y la educación. Yo sé que es un ejercicio muy ambicioso; estamos años luz en este momento.
Hemos creado una estrategia, primero de comunicación, y de búsqueda de aliados en las cuatro consejerías que hay en España adscritas a Vox; nos hemos coordinado para poner en valor el sector, la agroalimentación y todas las problemáticas que haya en torno al sector. Cada una de las comunidades lideramos los aspectos que potencialmente son más relevantes en cada una. Por eso Aragón ha tomado el liderazgo del porcino, de la ganadería extensiva, de la trufa y del agua.

Anunció que quería derogar la Ley de Agricultura Familiar -un modelo muy asentado en el Alto Aragón- que impulsó su antecesor en el cargo. ¿Cuáles son los motivos?
—Los motivos son el desentendimiento. Este consejero practica desde el minuto número 1 el entendimiento en la medida en que las decisiones que tome no sean las del consejero, sino las que el sector unido le traslade. La Ley de Agricultura Familiar llegó, y como secretario general de Asaja en ese momento me tocó ir en contra porque tanto regantes como la mitad de las organizaciones agrarias, cooperativas, industrias y el sector porcino a nivel nacional lanzaron una denuncia porque dañaba gravemente sus intereses. Con lo cual, luchamos para cambiarla y lo primero que hemos hecho es anunciar que la íbamos a derogar y vamos a modificar todas las cuestiones que el sector está denunciando. Nos dicen ¿qué ley queréis hacer?, pues la ley que hagamos con el propio sector. No entendemos que se pueda hacer una ley de espaldas a la gente. Las leyes hay que hacerlas para servir a la gente. Lo he dicho en las Cortes; esta cámara está hecha para responder a lo que la gente le pide, no para ir contra la gente.

El presidente aragonés, Jorge Azcón, se muestra partidario de recuperar el proyecto de construcción del embalse de Biscarrués. ¿Cómo ve usted esta posibilidad?. Tras su descarte judicial y político, ¿no sería más fácil buscar una alternativa?
—Una de las cuatro líneas de actuación que vamos a poner encima de la mesa es el agua, que es la primera y el motor de todo. Lo primero que hay que contemplar es la regulación porque tenemos un déficit hídrico en Aragón. Ahora, tras las lluvias, no es lógico que estemos dejando correr el agua, porque la forma de contemplar el caudal ecológico, evitar las avenidas en las grandes ciudades, evitar los desastres y garantizar el consumo de agua y la apuesta por la alimentación (no puede haber alimentos sin agua) es regulando. La apuesta siempre ha sido Biscarrués, pero lo de menos es dónde, lo de más es que hay que regular y almacenar agua. No llegar a ese entendimiento es un grave perjuicio y un tiro en el pie que estamos dando no a los agricultores, ganaderos y a los habitantes del medio rural, si no al consumidor. El primer elemento de necesidad al hablar de la alimentación es el agua. Desde el principio de los tiempos, cuando el hombre se asentaba en cualquier territorio, lo primero que buscaba era dónde había agua y después buscaba cómo relacionarse, cómo vivir, cómo cazar. Es un orden lógico, y en el desorden natural que se está produciendo, aquellos que tienen la responsabilidad del agua, en este caso el Ministerio de Medio Ambiente, está obrando contra el elemento principal que es el agua. Eso lo denuncia este consejero y lo denunciará durante los cuatro años. Se están ideologizando las cosas de comer y no se pueden ideologizar la cosas del comer relegando al agua.

Y en el caso concreto de Biscarrués, ¿desde el Gobierno de Aragón se va a defender que ese proyecto se vuelva a retomar o se va defender regular dónde se pueda o dónde haya menos conflicto?.
—Me alegraron esas declaraciones del presidente Azcón porque es la apuesta por el agua, y no seré yo quien no hable de Biscarrués, yo creo que era la solución. Pero vuelvo a decir que si en última instancia hay que desechar esa solución habrá que abrir otra, porque de lo que estamos hablando es de regular. Y estamos de acuerdo en intentar evitar cualquier conflicto social, pero sí hay que regular. No estamos de acuerdo en que se generen los conflictos sociales gratuitamente para que no se regule. Nosotros entendemos que si no se puede almacenar en una zona porque hay un conflicto social, se busque otra solución, pero la solución no es no almacenar.

Siguiendo con la política hidráulica, ¿aceptaría un trasvase del Ebro a otra cuenca hidrográfica?
—No vamos a hablar del trasvase mientras no se hayan contemplado las inversiones y se haya cumplido el Pacto del Agua; no tiene ninguna lógica. En Aragón tenemos un problema, que nos gusta enfrentarnos entre unos y otros por cuestiones que no parecen importantes y dejamos lo más importante relegado. Y en este caso es hacer piña para que se ejecuten las obras del Pacto del Agua, y a partir de allí, hablaremos de todo lo demás.

Se ha acusado al actual gobierno de rechazar el modelo de financiación de nuevos regadíos implantando en la anterior legislatura y de dar un paso atrás en la creación de nuevos regadíos en Aragón. ¿Qué política va a seguir en materia de regadíos?
—Esta afirmación se ha realizado desde el desconocimiento o buscando falsedad, porque el modelo de financiación que había en la Ley de Agricultura familiar era contradictorio y ha entrado en confrontación competencial con el Estado. Había un avance de posible recurso de inconstitucionalidad y hubiera quedado nula la norma, porque el rango competencial en materia de agua entre cuencas, de financiación y de obras de interés general es del Estado. Ha habido un conflicto entre el Ministerio y el Gobierno de Aragón del mismo color, y ha llegado esta consejería y se ha encontrado con ese conflicto competencial y con esa posible inconstitucionalidad. La comisión bilateral se ha reunido para solventar un conflicto que llevaba a la nulidad de la ley.
No cambia nada, no afecta a las obras en ejecución, ni a las que se habían ejecutado ni a las venideras.

El reciente anuncio del consejero de Medio Ambiente, Manuel Blasco (PP), de iniciar un proceso de participación para la reintroducción del lince ibérico en Aragón ha abierto el debate en el seno del Ejecutivo. ¿Cuál es su postura al respecto?
—La postura de consejero de Agricultura y Ganadería no puede ser otra que estar al lado de a quien se debe, que son los agricultores y los ganaderos. Yo puedo tener una idea, pero al final traslado las ideas de aquellos a quien me debo; y el sector de la ganadería extensiva nos manifestó su oposición frontal al lince. Confrontación con Manuel Blasco no la ha habido porque él como consejero de Medio Ambiente debe extender una encuesta a la ciudadanía sobre la reintroducción del lince, yo lo único que he advertido es que las encuestas se hagan a aquellos que tienen que sufrir la reintroducción porque no tendría ningún sentido preguntarles a los habitantes de Zaragoza porque a ellos no les va a afectar.

Siempre ha defendido que la presencia del oso y el lobo son incompatibles con la ganadería. ¿Van a seguir las ayudas a las zonas oseras? ¿Cómo se puede defender al ganadero del lobo?
—Sí, las ayudas van a seguir, y no solo van a seguir sino que van a aumentar, y ojalá mañana este consejero pudiera quitar estas ayudas por que no hubiera osos ni lobos en las zonas que hay ganadería extensiva. No estoy contra el oso, el lobo o el lince, estoy a favor de la biodiversidad, pero hay que acotar espacios para que esa biodiversidad sea posible porque la zorra en el gallinero no puede existir porque se come a las gallinas. No podemos pretender que esa convivencia imposible, y repito convivencia imposible, se produzca. Eso es agredir al ganadero que está practicando la ganadería extensiva y es una agresión que no nos podemos permitir ni nosotros ni la sociedad en general. Posiblemente, estemos en una situación ya sin retorno con la ganadería extensiva. En el año 2001 había en España 24 millones de ovejas, en Aragón, 2,4 millones, y en este momento, en España hay menos de 10 millones de ovejas y en Aragón, menos de un millón. Es un problema medioambiental sin retorno, muy grave, gravísimo y que difícilmente podemos involucionar. Por eso queremos posicionar a la ganadería extensiva.

¿A qué se enfrenta un joven que quiera incorporarse al sector, qué es lo que hay que mejorar para animar el relevo generacional en el campo?
—Tiene que haber apoyos reales, menos trabas y menos problemas burocráticos, más acceso a los derechos, a la tierra, exenciones de renta... hay un montón de acciones que se deberían limar con las incorporaciones de jóvenes que harían posible la introducción en el sector. Y sobre todo debería haber un seguimiento porque es muy doloroso ver cómo un joven que hace la apuesta de su vida se ha equivocado y, por un mal acompañamiento o una falta de acompañamiento de las mismas administraciones públicas que le han otorgado la ayuda económica, termina arruinado porque ha calculado mal.

Esta consejería ha creado una Dirección General de Caza y Pesca, ¿qué le ha motivado a ello?
—La sensibilidad que hay con la caza y la pesca, la importancia que tienen y la cantidad de plagas que hay que están afectando a las producciones agrarias y a la vida en el territorio. La caza y la pesca tienen una importancia capital y desde Vox se le da una importancia muy grande. Era una condición que tuviera una consignación y una configuración propia y que se mantuviera en Agricultura.

Cómo se posiciona su consejería ante la actual Política Agraria Comunitaria (PAC).
—Digo y denuncio que se ha basculado gratuitamente hacia la parte medioambiental relegando la parte productiva, y esa es la grave desgracia que tenemos de desconocimiento de la vida productiva del medio rural. Se ha roto el equilibrio entre ambas partes. En la apuesta política hay una desviación hacia una ideologización y limitación gratuitas, sin los avales científicos pertinentes. Se elevan los precios de los productos alimentarios y hay familias frágiles que tienen que decidir comprar unos productos y no comprar otros porque no pueden, eso puede ir a más y eso lo está provocando la política agraria europea.