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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

La aparición de los "hides" fotográficos revoluciona el turismo de naturaleza

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Fotógrafo durante una sesión en el “hide” de Bonansa.
Fotógrafo durante una sesión en el “hide” de Bonansa.
Photologístics y Jordi Clariana/Bonansa Activa

Momento crucial de la jornada cuando, tras días de espera, aparece el rey de los cielos del Pirineo, el quebrantahuesos. A través de la ventana del “hide” fotográfico de Bonansa Activa, por unos segundos, la majestuosa ave, que empieza a salir de su letargo tras años en peligro de desaparición, se deja admirar en su cotidianidad mundana. Antes de emprender el vuelo, echa un vistazo, posa para la cámara y regresa a los cielos.

Lejos del ruido y del estrés de la ciudad, los “hides” fotográficos, espacios en medio de la naturaleza donde se puede observar y fotografiar a la fauna y flora sin dañar su hábitat, están abriendo una nueva alternativa para introducirse en el turismo de naturaleza.

La pandemia de covid-19 abrió los ojos a muchos, que empezaron a buscar salir de la contaminación y las aglomeraciones y el medio rural siempre estuvo allí, esperándoles.

“Hay toda una filosofía detrás”, sostiene Mireia Cabrero, miembro de la Asociación Profesional Aragonesa de Turismo Ornitológico y Ecoturismo (Apatoe), que destaca las cualidades de esta nueva opción turística.

“Requiere de estar en un lugar apartado, por tanto se acerca a las zonas más despobladas y consigue reactivar su economía. De esta forma aprovechamos los recursos que el territorio nos da”, remarca.

Ejemplar de quebrantahuesos en Bonansa.
Ejemplar de quebrantahuesos en Bonansa.
Photologístics y Jordi Clariana/Bonansa Activa

Además, Cabrero destaca que es un “buen complemento” para agricultores y ganaderos de extensivo, que aprovechan sus terrenos para lanzarse a abrir su propio “hide” y complementar así su trabajo.

También para las personas que se dedican al sector de la hostelería, permitiéndoles ofrecer una actividad diferente dentro del territorio.

Control y gestión

Los “hides” fotográficos llegaron al Alto Aragón a mediados de la pasada década. Comenzaron a multiplicarse por todo el Pirineo aragonés, la sierra de Alcubierre, comarca turolense de Gúdar- Javalambre... En la infinidad de lugares en los que la naturaleza aragonesa tiene algo que decir.

Entonces, el Gobierno de Aragón decidió establecer una gestión y un control sobre los mismos para evitar su masificación y afección en el entorno. A través del Instituto Aragonés de Gestión Ambiental (Inaga) se tramitan todas las peticiones y se conceden los permisos. Incluso, el propio Departamento de Medio Ambiente abrió su propio “hide”, instalado en las proximidades de la laguna de Gallocanta.

Asimismo, los propietarios de estos “escondites” tienen la obligación de llevar a cabo un mantenimiento del espacio y, según el entorno, es necesario dotar al medio de “muladares”.

Hide de Casa Gerbe.
Entorno en el que se encuentra el "hide" de Casa Gerbe.
Casa Gerbe.

El coste de la experiencia suele variar entre los 30 y los 150 euros por día, dependiendo de la exclusividad del medio.

Fotógrafos profesionales de todo el mundo han escogido “hides” del Pirineo aragonés para captar instantes “solo posibles aquí”, incide Cabrero. También han llegado familias y amigos de Francia, Inglaterra, Países Bajos, Rusia o Estados Unidos.

El sector recoge ahora sus frutos y desde Apatoe remarcan que debe gestionarse como herramienta de educación ambiental porque “es nuestro entorno y tratamos con seres vivos”.