La Hoya

EDUCACIÓN 

Tierz reclama "un comedor escolar de calidad" a golpe de cacerolas y sartenes

Varias familias de Siétamo también se han concentrado a las puertas del colegio para pedir que se cumpla el pacto de María Moliner 

Concentración a las puertas del colegio de Tierz.
Concentración a las puertas del colegio de Tierz.
LAURA AYERBE

Cacerolas, sartenes y pitos han sonado este jueves a las puertas del colegio de Tierz para reclamar un “comedor de calidad”. Cerca de una treintena de madres y padres se han concentrado a las nueve de la mañana durante varios minutos para protestar por la gestión del servicio de comedor, cuyo modelo de externalización va en detrimento de la salud de los niños y niñas, ha denunciado Nuria Caballero, miembro de la Comisión de Comedor de Tierz y representante de las familias.

La protesta se ha repetido en el centro de Siétamo, perteneciente al CRA Montearagón junto a los colegios de Tierz, Nueno, Chimillas y Angüés.

Pancarta colgada en el colegio de Siétamo.
Pancarta colgada en el colegio de Siétamo.
S.E.

En Siétamo la situación es distinta a la de sus vecinos de Tierz. No disponen de comedor en la localidad y por ello el servicio es prestado por un catering. En cualquier caso, la solución tampoco convence a las familias, por eso el año pasado iniciaron una movilización para cambiar el modelo.

Solicitamos que nos trajeran la comida de Angüés, donde hay cocina y un cocinero profesional que trabaja con productos de proximidad y practica una cocina casera”, ha explicado Marta Ágreda, una de las madres del colegio de Siétamo.

Después de conseguir el compromiso de la anterior Dirección Provincial de Educación para llevar a cabo el servicio solicitado, las elecciones trajeron un nuevo equipo de Gobierno al área de Educación y la lucha de las familias de Siétamo volvió a comenzar.

Según Marta Ágreda, la nueva directora del Servicio Provincial de Educación en Huesca, Mónica Martínez, ha dicho que “sí” a la propuesta y el compromiso, si no hay novedad, es que de cara al mes de marzo la veintena de niños que comen en Siétamo puedan hacerlo con la comida del cocinero de Angüés, pueblo que está a 12 kilómetros.

En Tierz la reivindicación por un comedor de calidad continuará hasta lograr su propósito. “Queremos un modelo de gestión directa, en el que se contrate un cocinero o cocinera con oposición”, ha explicado Nuria Caballero, quien ha considerado que esta vía permite a los niños y niñas disfrutar de “productos frescos, de proximidad y una comida casera, la de toda la vida”.

Protesta en todo Aragón 

La concentración de este jueves se ha replicado en colegios de todo Aragón. El objetivo, “que se cumpla el pacto de María Moliner”, también conocido como el acuerdo por unos comedores escolares nobles, en el que se establecieron unas direcciones de consenso en las que encaminar las políticas de comedores escolares, ha recordado la representante de familias del colegio de Tierz, quien ha animado a todos los padres y madres a preguntar en sus respectivos comedores qué comida sirven, porque “pueden sorprenderse y seguramente no para bien”.

Esther, farmacéutica de Tierz y madre de dos niños, uno de ellos en edad para quedarse en el comedor, ha decidido no llevarlo por “la calidad tan mala que hay”, ha dicho este jueves durante la concentración.

"No llevaré al niño mientras la calidad no mejore"

“Para mi conciliación laboral, me vendría muy bien llevar al niño al comedor, pero voy a intentar no hacerlo mientras la calidad no mejore”, ha asegurado, al tiempo que ha resaltado la importancia de la alimentación para la salud de los pequeños.

Jessica es una de las madres que, junto a otras familias, lleva un tiempo turnándose para ir al comedor “una o dos veces por semana”, con la intención de comprobar que “la calidad de la comida es la que los niños nos expresan, sobre todo los mayores”. Como el resto de padres, no está conforme con que se sirvan “todo productos congelados” y confía en que la situación mejore “cuanto antes”.

Por último, Nuria Caballero ha querido “romper una lanza a favor” de los cocineros y cocineras que están en los comedores escolares y "hacen virguerías" para sacar adelante sus menús saludables y sostenibles con “un dinero que a veces no es suficiente”.