Monegros

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUEScA

Saúl Gazol y Ana Alcubierre, de Lanaja: “Muchos jóvenes nos quedamos y hay varias embarazadas”

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Saúl Gazol, que ha montado la granja de gallinas, y la enfermera Ana Alcubierre anuncian con esta foto en Lanaja que esperan un bebé, que nacerá en mayo.
Saúl Gazol, que ha montado la granja de gallinas, y la enfermera Ana Alcubierre anuncian con esta foto en Lanaja que esperan un bebé, que nacerá en mayo.
S.E.

Saúl Gazol y Ana Alcubierre esperan un bebé para el mes de mayo, pero no será el único nuevo vecino de Lanaja el próximo año, porque hay varias embarazadas. Son dos de los jóvenes de la localidad monegrina que se han asentado allí. Mientras Ana desarrolla su labor como enfermera en el centro de salud de Sariñena, Saúl ha montado su granja de gallinas para producir huevo ecológico.

Hubo un tiempo que estaba dispuesto a marcharse por trabajo, ya que estudió y trabajó de forestal. Pero la vida le llevó a presentarse a una plaza de la brigada de servicio municipal y allí se quedó. Así que cuando heredó de su abuela una finca de siete hectáreas no se lo pensó dos veces y apostó por las gallinas y ahora se pueden comprar sus Huevos Ecológicos Gazol en pequeños establecimientos de diversas poblaciones de la provincia y de Zaragoza. Su idea coincidió en el tiempo con la pandemia y entre febrero y julio de este año, mano a mano con su padre, montaron la granja. Como estas no funcionan con integradoras, pronto se encontró con 3.000 gallinas sin tener clientes para vender los huevos, pero con la ayuda de otra joven emprendedora del pueblo fueron puerta a puerta y ahora vende entre 2.800 y 2.900 huevos diarios con su propia marca o a empresas más grandes.

“Me costó conseguir financiación, pero la verdad es que estoy muy contento con las gallinas, porque además lo tengo todo muy automatizado”, comenta. Y, además, cuenta con un centro de clasificación para poder distribuir. Saúl se muestra ilusionado con su proyecto, para el que cada semana consigue uno o dos clientes más, mientras espera la llegada de su primer hijo. “Muchos jóvenes nos estamos quedando y hay varias embarazadas”, asegura. Gazol, de 33 años, resalta que de su edad y también los más jóvenes se están quedando, muchos con agricultura y ganadería y otros salen a trabajar fuera. Y, por ello, destaca que es un pueblo con mucha vida.