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COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Alcubierre: un pueblo que crece pero donde ya no hay casas disponibles

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Los vecinos en la romería de San Caprasio, en la Sierra de Alcubierre.
Los vecinos en la romería de San Caprasio, en la Sierra de Alcubierre.
S.E.

No hay ni una sola vivienda habitable que esté disponible, y si hubiera más, se ocuparían”. El alcalde de Alcubierre, Álvaro Amador, es consciente de la necesidad de facilitar el acceso al alojamiento, pero también de que un ayuntamiento no puede ser una inmobiliaria. A pesar de esta disyuntiva, desde el consistorio han aprovechado todas las oportunidades para rehabilitar y ofrecer vivienda a vecinos o nuevos pobladores. Las tienen todas ocupadas. Los jóvenes se quedan más que antes, la escuela infantil 0-3 empezará el próximo curso con media docena de niños y no falta trabajo.

José Manuel Gavín y Úrsula Suñén son dos jóvenes del pueblo que después de salir a estudiar y trabajar en Zaragoza, la pandemia les abrió la puerta para volver. No solo han regresado ellos, sino que han tenido dos mellizos, Guillermo y Susana, que recientemente han cumplido un año. Con esos apellidos -pero sin vínculos familiares-, que recuerdan al Bandido Cucaracha (Mariano Gavín Suñén), que robaba a los ricos para dárselo a los pobres, estos niños han llegado para repartir alegría por el pueblo. Y no están solos. Además, hay otros dos de su misma edad, otra familia está a punto de crecer... y alguno más.

José Manuel Gavín y Úrsula Suñén han apostado por volver, han tenido allí a sus mellizos y se están construyendo su casa.
José Manuel Gavín y Úrsula Suñén han apostado por volver, han tenido allí a sus mellizos y se están construyendo su casa.
S.E.

Alcubierre cuenta ahora con 417 vecinos, frente a los 362 empadronados en 2018. Es uno de los municipios que solicitó una subvención de la línea que complementa los créditos del Plan de Fomento de Vivienda de la Diputación Provincial de Huesca, para habilitar una vivienda que ya está ocupada. “El acceso a la vivienda es uno de los principales problemas y gracias a las convocatorias de la DPH estamos intentando minimizarlo”, indica Álvaro Amador. Ahora, el ayuntamiento dispone de cuatro viviendas y un apartamento que han ido rehabilitando con los citados programas. “Están todas ocupadas, algunas con familias numerosas... por lo que viven casi 20 personas”, comenta. Este ha sido uno de los motivos del incremento de la población.

José Manuel Gavín, de 42 años, y Úrsula Suñén, de 40, fueron al colegio de Alcubierre hasta los 10 años. A partir de allí, tenían que ir a Lanaja y continuar después en Huesca o en Zaragoza. José Manuel, cuando acabó COU, decidió seguir con la agricultura en el pueblo, mientras que Úrsula estudió Ingeniería Informática en Zaragoza, donde comenzó a trabajar como programadora. Entonces, vivían a medias entre los dos lugares. “Cuando empezó la pandemia, como ella comenzó a teletrabajar y yo trabajaba aquí, decidimos tener una familia, y siempre habíamos tenido mucho vínculo con el pueblo... decidimos venir”, comenta. “Como con la pandemia hemos estado mejor y teníamos aquí a los abuelos que nos pueden echar una mano... decidimos construirnos una casa”, indica, que espera que esté finalizada con el cambio de año y poderse instalar a principios de 2023.

“Como con la pandemia hemos estado mejor y teníamos aquí a los abuelos que nos pueden echar una mano... decidimos construirnos una casa”

Cuando decidieron quedarse tuvieron la suerte de encontrar un piso particular de alquiler y, cuando Úrsula se quedó embarazada, pudieron comprar una casa para derribar. En ese solar -en la fotografía-, levantan hoy su casa.

“Te das cuenta de que para ir al pediatra o adonde trabajaba Úrsula en Plaza, aunque hay más kilómetros, cuesta 10 minutos más desde aquí que desde el centro de Zaragoza. La calidad de vida del pueblo en según que cosas es menor, pero en otras es mucho mayor porque nos conocemos todos y cualquiera te echa una mano. Nosotros estamos muy cómodos y los niños muy tranquilos”, indica.

Pero no son los únicos. “Aquí en Alcubierre sí que hay mucha gente joven que se ha quedado a trabajar, aunque a veces vivían fuera, y ahora con eso de la pandemia hay más gente que mira al pueblo”, explica, mientras detalla varios casos de parejas que se están instalando.

Además, “hay gente de Barcelona que ha llamado interesándose por los servicios y las posibilidades del pueblo porque dicen que la vivienda está muy cara y que es difícil poder vivir con un sueldo”, comenta el alcalde. “De momento, pararemos porque no nos podemos convertir, como he dicho, en una inmobiliaria”, insiste.

En Alcubierre, ya tuvieron la experiencia de crear una sociedad municipal y construir cinco viviendas, que se vendieron todas en torno a 2007 a vecinos del pueblo y de fuera. Pero, “cuando entró Montoro, dijeron que las sociedades eran para financiarse los partidos de los ayuntamientos y nos hicieron disolverla, cuando era una herramienta que teníamos para poder sacar obra pública”, recuerda.

El alcalde se muestra satisfecho con los servicios del pueblo con consulta médica diaria, farmacia, biblioteca, oficina de Correos, fibra óptica con Embou, sucursales de Caja Rural de Aragón e Ibercaja... “De lo que se trata es de que el pueblo esté vivo”, concluye.