Ribagorza

RIBAGORZA - FIESTAS

Graus homenajea este viernes, en su primer día grande de las fiestas, a San Vicente Ferrer

Las carrozas y la Espera de la Gaita abren los festejos

Graus homenajea este viernes, en su primer día grande de las fiestas, a San Vicente Ferrer
Graus homenajea este viernes, en su primer día grande de las fiestas, a San Vicente Ferrer
E.F.

GRAUS.- Graus ha homenajeado este jueves en su primer día grande a San Vicente Ferrer con algunos de sus actos más tradicionales, entre los que destacan la primera actuación de los danzantes de espadas y cintas en la plaza Mayor y la Mojiganga de esta noche. Las fiestas han arreancado este jueves con un animado desfile de carrozas, en el que participó la consejera de Ciencia y Universidad del Gobierno de Aragón, Maru Díaz, y con el emotivo canto de las primeras albadas a San Vicente y al Santo Cristo, a cargo de Marta Pociello y tras la tradicional Espera de la Gaita en el puente de Abajo.

La consejera, que ha asistido al lanzamiento del trabucazo de inicio de fiestas desde el balcón consistorial, ha disfrutado por primera vez de estos festejos, de los que ha destacado su declaración de Interés Turístico Nacional hace más de 40 años. Díaz, que ha lamentado no poder quedarse a los actos vespertinos, formó parte del desfile de carrozas que ha partido, tras el trabucazo inicial, de la plaza de San Miguel pasado el mediodía.

El pasacalles estuvo animado por la Rondalla Francisco Parra, con los cantadores Francisco Lasierra y Javier Badules, la charanga Band&Diez y la banda de la Asociación Musical Monteña. Junto a las carrozas, de temática variada, y entre las que ha destacado la de los repatanes y repatanas, danzaron los cuatro gigantes y actuaron los cabezudos, persiguiendo a las decenas de jóvenes que siguieron el recorrido con parada obligada, como suele ser habitual, para bañarse en el río Ésera.

El tono festivo se tornó solemne en Graus por la tarde, con la emotiva Espera de la Gaita en el puente de Abajo, emulando la llegada de los Gaiteros de Caserras, a quienes recibieron las autoridades civiles y religiosas y los danzantes y danzantas que les acompañaron pasando por el Portal de Chinchín hasta la casa donde habitó San Vicente Ferrer, en la que se cantó la primera albada.

La joven danzanta Marta Pociello fue la encargada de entonar tanto la albada a San Vicente, como las posteriores al Santo Cristo y las que se dedicaron a continuación al párroco, Ignacio Cardona, la alcaldesa, Gema Betorz, y el prior, Luis Pociello, su padre, por lo que resultó especialmente emotiva.