Ribagorza

OJO AVIZOR

Una solución: el paisaje domesticado

El profesor de la Escuela Polítécnica Superior de Huesca, el biólogo David Badía, considera que la limpieza debería restringirse

David Badía dando una explicación para Geoforest.
David Badía dando una explicación para Geoforest.
S.E.

“Hasta los años 60 no había incendios porque los montes se aprovechaban. Cuando dejamos de usarlos, hubo incendios tremendos”, recuerda el profesor de la Escuela Polítécnica Superior de Huesca, el biólogo David Badía, quien apuesta por “un paisaje domesticado” que alterne bosques, pastos, campos de cultivo. Respecto a la limpieza, considera que debería restringirse. “Sería recomendable en zonas sensibles, cerca de urbanizaciones. Pero en otras zonas es mejor que evolucione solo. Debería haber -agrega- una estrategia más genérica de generar un mosaico”.

La despoblación con el consecuente descenso del peso del sector primario hizo aparecer el riesgo de incendios, aparejado al abandono de los montes. “Antes se talaba más madera, había más ganado. Pero cada vez hay un paisaje más homogéneo y eso supone un riesgo. Una cantidad de biomasa continua no se puede detener. Ese riesgo está ahí porque no se usa el territorio como se hacía hasta los años 60”.

Badía apuesta por una estrategia general, pero siempre adaptada a cada caso. “La generalidad -prosigue- es que la gente se va, hay menos ganado, aunque puede haber valles donde esto no suceda. Sin embargo, hay que tener todas las herramientas. Si tienes una amenaza concreta, hay que desbrozar mecánica o píricamente, pero como sistema, somos capaces de abarcar hasta donde podemos abarcar. No podemos tener gente constantemente desbrozando porque no se va a acabar nunca, al año siguiente habrá vuelto a crecer. Así pues, la búsqueda del mosaico sería lo ideal”.

Respecto a las consecuencias del incendio de Castanesa, considera que se debe estar regenerando con normalidad al no ser una zona con recurrencia de fuegos, ya que la vegetación está bastante bien adaptada. “La abundancia de jaras -que proliferan en la zona donde se dio el incendio de Castanesa- es un indicador de antiguas quemas. Cuando se quema una zona, ocupa todo el espacio hasta que lo desplazan otras especies como el boj, el pino o el cajigo. Son estadios de sucesión a comunidades más maduras porque el incendio ha provocado un rejuvenecimiento temporal del ecosistema. La jara será desplazada en un proceso que, a escala humana, vemos muy lento”.

La evolución de los montes en las últimas décadas hace que para quienes lo conocieron hasta los años 60, la diferencia sea abismal. “Limpiar sería recomendable en zonas sensibles, cerca de urbanizaciones, pero en otras zonas es mejor que evolucione solo. Debería haber una estrategia más genérica de generar mosaicos. Pero es comprensible que para la gente mayor que lo ha visto siempre ‘pastado’, pasar a verlo ‘sucio’ sea como una derrota”, concluye.