Ribagorza

COLABORAN: CAJA RURAL DE ARAGÓN Y DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE HUESCA

Eva Gómez: "En Francia, hay cultura de consumo y está integrada en la gastronomía"

#CONTRALADESPOBLACIÓN

Chela Puig-Pey y Eva Gómez, que forman la plantilla del CEIT de Graus, en el laboratorio.
Chela Puig-Pey y Eva Gómez, que forman la plantilla del CEIT de Graus, en el laboratorio.
Elena Fortuño

La trufa llegó a España por la curiosidad de los ribagorzanos que veían como, de otoño a primavera, sus vecinos franceses se alojaban en Ribagorza y buscaban bajo tierra un hongo negro y desconocido para ellos que parecía valioso. Los locales no tardaron en imitarlos y, comprobada la rentabilidad de la actividad y la idoneidad de la zona para ese producto llamado trufa, instauraron en Graus, en concreto en el Hotel Lleida, el primer mercado de trufa de España afianzando un sector que propició los mejores años de la economía ribagorzana a mediados del pasado siglo. En la actualidad, y ya en su mayoría procedente de plantaciones, el 90 por ciento de la trufa española y, por supuesto, altoaragonesa y ribagorzana, se exporta principalmente a Francia. España tiene el producto que le falta a Francia que, por otra parte, rebosa la cultura y la tradición trufera que a nosotros nos falta.

Esta es una de las realidades que está evidenciando en el Proyecto Europeo MSCA-RISE-H2020 INTACT (INnovation in Truffle cultivation, preservAtion, procCessing and wild truffle resources managemenT) en el que participan el CIET y la empresa grausina Aragotruf, dedicada al viverismo, la truficultura y la venta de trufa y productos trufados, por la parte aragonesa. Junto a ellos, socios de Italia: Università degli Studi di Perugia, Consiglio Nazionale delle Ricerche (CNR); Francia: INRAe (Instituto Nacional de Investigación sobre Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente de Francia) y Serbia: Institute for Multidisciplinary Research.

Durante 4 años, en el marco de este proyecto cuyo arranque se vio truncado por la pandemia, el personal del CIET realizará estancias de formación en Italia, Francia y Argentina y acogerá a 20 investigadores de los tres países diferentes participantes restantes, Italia, Francia y Serbia. De momento, la ingeniera agrónoma Eva Gómez, técnico del CITA, estuvo en Francia el pasado mes de junio realizando una estancia en el INRAe en Francia. La visita supuso desplazarse a distintas parcelas truferas en localidades como: Ardeche, Vaucluse, Gard, Fontaine, Lalbenque, Sauzet, Langedoc, Rosellon, Langon, Angouleme, Charente, etcétera, pertenecientes a las regiones de Grand-Est, Region Rhone-Alps, Region Gironda-Aquitaine, Region Indre et Loire. Durante el recorrido, mantuvieron encuentros con truficultores, intermediarios y responsables del sector. “El viaje comenzó con una reunión con Didier Roche, presidente de la federación de truficultores AURA, que hemos recibido recientemente en el CIET de Graus junto con un grupo de truficultores de Ardeche. Al día siguiente, descubrimos plantaciones en Vaucluse antes de reunirnos con Michel Tournayre, antiguo presidente de la FFT y actual presidente del GETT, en Uzès.

A continuación, nos desplazamos al suroeste para visitar los campos truferos de Lot en compañía de Alain Ambialet, Presidente de la FFT. Visitamos los invernaderos de Agritruffe antes de trasladarnos a la Charente para descubrir más truferas en compañía de Damien Berlureau, presidente de Agritruffe. Y el viaje -detalló Gómez- terminó con la visita a los parcelas truferas de Touraine antes de regresar a Nancy”.

El completo periplo galo le permitió a la técnico del CIET constatar las diferencias entre el manejo de la trufa en España y Francia. “En cuanto al riego de las plantaciones, en Francia la sequía les ha llegado más tarde y por eso nosotros les llevamos ventaja, pero lo afrontan de manera distinta con una visión más ecológica de racionalización del agua”, detalló. También comprobó que Francia dispone de más variedades de trufa que se valoran y aprovechan gastronómicamente. “Hay una zona más húmeda donde, por ejemplo, solo hay trufa de verano. En Francia se conoce y se consume la trufa en muchas variedades. Hay cultura de consumo de trufa y está completamente integrada en la gastronomía de todo el país, pero aún más en las zonas truferas. La gente consume trufa y mucho”, asegura la técnico.

El Mercado semanal de la Trufa en Fresco de Graus que promueve la Asociación de Recolectores y Cultivadores de Trufa de Aragón, en colaboración con el Ayuntamiento y la Diputación de Huesca, promueve precisamente acercar la trufa a los consumidores para incorporarla a la gastronomía doméstica, a la vez que promover su uso en restauración donde, pese a ser más habitual, “hay todavía margen de mejora”, considera Gómez.

En el marco de este mismo proyecto europeo Intact, el CIET recibió la visita de un grupo de investigadores del CNR y la Universidad de Perugia. En concreto, una investigadora realizó una estancia en la zona. Respecto al sector en Italia, otro de los grandes consumidores de trufa, destaca la escasez de plantaciones.